¿Por qué es tan importante el Trabajo en Equipo?
“Había una vez un grupo de niños que habían quedado para jugar un partido de fútbol por todo lo alto. Habían decidido que cada uno llevaría un elemento importante que hubiera en todos los partidos oficiales, y así, uno trajo el balón, otro el silbato, otro una portería, otro los guantes del portero, las banderillas del córner, etc…
Pero antes de comenzar el partido, a la hora de elegir los equipos hubo una pequeña discusión, y decidieron que podría elegir aquel que hubiera llevado el elemento más importante.
Como tampoco se ponían de acuerdo en eso, pensaron que lo mejor sería empezar a jugar al completo, con todos los elementos, e ir eliminando lo que cada uno había traído para ver si se podía seguir jugando y descubrían qué era verdaderamente imprescindible.
Así que comenzaron a jugar, y primero eliminaron el silbato, pero quien hacía de árbitro pudo seguir arbitrando a gritos.
Luego dejaron a los porteros sin guantes, pero paraban igual de bien sin ellos; y tampoco se notó apenas cuando quitaron los banderines que definían los límites del campo, ni cuando cambiaron las porterías por dos papeleras…; y así siguieron, hasta que finalmente cambiaron también el balón por una lata, y pudieron seguir jugando…
Mientras jugaban, pasó por allí un señor con su hijo, y viéndoles jugar de aquella forma, le dijo al niño:
-«Fíjate, hijo: aprende de ellos, sin tener nada son capaces de seguir jugando al fútbol, aunque nunca vayan a poder aprender ni mejorar nada jugando así»
Y los chicos, que lo oyeron, se dieron cuenta de que, por su exceso de orgullo y egoísmo, lo que se presentaba como un partido increíble, había acabado siendo un partido penoso, con el que apenas se estaban divirtiendo. Así que, en ese momento, decidieron dejar de un lado sus opiniones egoístas, y enseguida se pusieron de acuerdo para volver a empezar el partido desde el principio, esta vez con todos sus elementos.
Y verdaderamente, fue un partido alucinante, porque ninguno midió quién jugaba mejor o peor, sino que entre todos sólo pensaron en divertirse y ayudarse”.
¿Qué les parece esta historia?
Acá tenemos un claro ejemplo de la extrema importancia que tiene el acertado trabajo en equipo.
Las organizaciones modernas y el liderazgo de estos tiempos, afortunadamente, tienen mucha claridad y conciencia sobre los enormes efectos positivos que tiene en los resultados, la conformación de los llamados equipos de alto desempeño.
Cuando el personal de cualquier institución, organización o empresa logra compenetrarse entre si, se apartan del egoísmo y la individualidad, se apoyan mutuamente, se complementan en sus habilidades y buscan de manera cohesionada las metas y objetivos de esa organización, se logran resultados maravillosos.
Por el contrario, si no se cohesiona esa unidad interna y los colaboradores trabajan de manera aislada, sin apoyo mutuo, ni se trabaja conjuntamente por los objetivos de la organización, se obtienen muy pobres resultados y esas organizaciones tienen serios problemas para mantenerse operativas.
¿Como lograr equipos de trabajo?
El primer aspecto crucial es que la organización defina muy claramente los objetivos y sus metas a concretar en el futuro. Esas metas deben compartidas y hasta consensuadas con los miembros del equipo, para que todos se muevan en la misma dirección.
Otro punto esencial es que cada miembro del equipo tenga un rol especifico y que esa persona sepa claramente lo que espera de él. Nada de confusiones, ni que se superpongan los roles porque se desaprovechan los esfuerzos.
Propiciar una comunicación abierta, franca, permanente y que estimule un clima fraterno y productivo, es otro tema relevante. El liderazgo moderno alimenta el llamado disenso y permitir que haya diferencias en los enfoques, culturas e interpretaciones de la realidad interna y externa.
Desarrollar las habilidades negociadoras, manejo de tensiones y el adecuado manejo emocional, para evitar que las diferencias internas, puedan generar dolorosos y costosos conflictos internos,
Igualmente, es fundamental dar confianza, respeto y asignar responsabilidades crecientes a cada miembro del equipo que le permita actuar con la libertad requerida y pueda dar lo mejor de si mismo, en beneficio de la organización y su realización personal.
Finalmente, se recomienda que la organización defina programas de reconocimiento materiales y no materiales, para premiar el esfuerzo de su gente. Estos programas refuerzan la necesaria motivación al logro y hace que todo el personal busque afanosamente las metas establecidas por la empresa.
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Waldo Negron
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