En la masonería actual existe una apertura de diversas logias en todo el mundo, mostrando incluso los ritos que se consideraban secretos. La masonería es una institución constituida horizontalmente, las logias son autónomas y solo obedecen en ciertos aspectos ritualísticos y administrativos a sus referentes nacionales.
No existe un órgano o institución que represente u organice a la masonería mundial o universal, ya que existen diferencias substanciales e incluso irreconciliables entre un rito y otro, entre una obediencia y otra, entre un país y otro, incluso entre una logia y otra de la misma obediencia y localidad; al punto de afirmar con toda certeza que no existe la masonería como organización global y estructurada mundialmente, lo que desvirtúa la idea de la conspiración masónica.
La masonería actual es considerada una escuela iniciática (espiritual) y moral, que persigue el desarrollo del hombre para el bienestar de la humanidad, que solo es posible conseguir mediante el estudio científico y moral de las cosas, con la finalidad de conocerse a uno mismo.
Estos estudios se desarrollan dentro de las logias y con fines educativos en todos los aspectos humanos; los métodos de enseñanza se desarrollan en un primer momento utilizando las herramientas de mitos y símbolos, y en uno posterior, mediante las ciencias o artes liberales (trívium y quadrivium) que su enseñanza fue perseguida en diversos momentos históricos, de ahí su devenir en que dicha enseñanza fuera secreta a través de esta institución.
Todas las religiones y todas las posiciones políticas son aceptadas en la masonería y estas no son temas de discusión en las logias, ya que el respeto y la tolerancia es un principio elemental de la masonería, lo que elimina cualquier controversia entre la masonería, la religión y los grupos políticos.
Por otra parte existen diversas organizaciones secretas u ocultas que se les atribuye un carácter masónico, que no tienen, de ahí que las diversas ideas, interpretaciones y expresiones negativas contrarias a la masonería, son meramente reminiscencias históricas, expresiones sin fundamento y desconocimiento absoluto de la institución al día de hoy.
Los tres grados de la masonería son:
1. Aprendiz: Es el primer grado, el de los iniciados, con el que una persona se vuelve masón; en este grado el masón se enfrenta consigo mismo y debe de superarse, empezando a controlar sus pasiones.
2. Compañero: Es un grado intermedio, donde el masón se dedica a aprender; en este grado el masón ve como el mundo exterior lo percibe y aprende a percibir el mundo exterior.
3. Maestro: Es el tercer grado, en el cual se requiere que el masón participe en la mayor parte de los aspectos de la logia y de la masonería. En este Grado el masón es enfrentado con la realidad de la muerte, se enfrenta con la inmortalidad del alma y la vida eterna.
Los tres grados representan tres etapas del desarrollo personal. No hay, para los masones, un significado único de estos tres grados; conforme un francmasón va trabajando en cada uno de los grados y estudiando, interpretará estos grados en función de su desarrollo personal, y su única obligación será cumplir con las normas de la logia para la que trabaja. Una estructura simbólica común y una serie de arquetipos universales le servirán a todo masón para encontrar sus propias respuestas a las preguntas filosóficas de la vida.
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