Un nuevo episodio violento irrumpió la tranquilidad de los moradores del sector Brisas del Paraíso, en San Félix, pasadas las 12:00 de la madrugada de este martes. La víctima quedó identificada como Alexis Javier Gómez Baena, de 24 años de edad.
Según sus familiares, el occiso, quien en vida se desempañaba como albañil, iba llegando a su residencia cuando fue interceptado por unos sujetos que le propinaron múltiples perforaciones en diferentes partes del cuerpo. Según el informe médico, el proyectil que entró a la altura de la cabeza le segó la vida instantáneamente.
Aunque se desconoce el motivo por el cual fue asesinado, funcionarios policiales no descartan un presunto ajuste de cuentas debido a que sus pertenencias quedaron en medio del charco de sangre. La calle Flores en cuestión de segundos se llenó de curiosos, quienes repudiaron el homicidio.
«EL DÍA DE SU MUERTE»
La víctima acostumbraba llegar a altas horas de la noche, sin importar la soledad e inseguridad de la comunidad. Otras versiones apuntan que mientras iba caminando a su residencia, «un pana», que vive a tres calles de donde fue ultimado, lo llamó y lo hizo pasar a una vivienda. Allí fue recibido por cinco o seis sicarios quienes no dudaron en golpearlo salvajemente hasta matarlo.
Una vez que el cuerpo quedó sin vida, fue cargado y abandonado frente al domicilio para evitar las pistas que los pudiera involucrar. «Aquí nadie es sano…Todo el mundo está claro de que por las diferentes calles la droga, el hampa y urnas corren por doquier», declaró una habitante.
Familiares del difunto se enteraron del fallecimiento luego que una vecina, con la voz entre cortada, comentara la fatídica noticia. Llantos de desesperación e impotencia inundaron la humilde vivienda de Gómez, quien «trabajaba» para ofrecerles lo mejor a sus allegados. «Él vivía con mi mamá y mi hermana. Se destacó siempre por ser un joven ejemplar», declararon sus allegados.
PADRE DE FAMILIA
Hace cinco años, Alexis Gómez se convirtió en padre. Junto a su pareja conformó una familia. Hoy su pequeño se convierte en otro menor de edad que crecerá sin figura paterna, simplemente porque unos ciudadanos decidieron quitarle la vida. El dolor y la impotencia invaden a su familia, y más aún porque aseguran que el joven no era una persona conflictiva ni «se metía con nadie».
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