Kiev, Ucrania.- El acuerdo de alto el fuego en Ucrania, firmado el jueves en Minsk tras intensas negociaciones entre los dirigentes alemán, francés, ucraniano y ruso, trae alivio a este país devastado por un conflicto sangriento, aunque una paz duradera aún es incierta, según los europeos.
«La negociación ha sido muy difícil y no esperamos que la puesta en marcha del proceso sea fácil», declaró el jueves por la noche el presidente ucraniano, Petro Poroshenko, que participa en la cumbre de dirigentes europeos en Bruselas, donde Ucrania y Grecia han sido los temas principales.
Este «acuerdo sobre lo esencial» anunciado por el presidente ruso Vladimir Putin «no garantiza un éxito duradero», coincidió el mandatario francés, François Hollande, mientras que la canciller alemana, Angela Merkel, subrayó que aún existían «grandes obstáculos» para la paz en el este de Ucrania.
Estados Unidos «celebró» el pacto, pidiendo que haya «medidas inmediatas y concretas para que todas las partes cumplan sus compromisos».
EN LA BUENA DIRECCIÓN
Firmado por los separatistas rusos y Kiev, el acuerdo retoma las grandes líneas del documento firmado también en Minsk el pasado septiembre: prevé un alto el fuego a partir del domingo, y la retirada de beligerantes y de armas pesadas, creando una zona tapón de entre 50 y 140 kilómetros en torno a la línea del frente.
Asimismo, prevé la puesta en marcha de una nueva Constitución antes de 2016 que incluya una «descentralización» de las regiones separatistas de Donetsk y Lugansk, en concierto con los representantes de esas zonas.
Logrado después de 16 horas de negociaciones entre Putin, Poroshenko, Merkel y Hollande, el acuerdo evita, a corto plazo, un endurecimiento de las sanciones occidentales contra Rusia, y compromete la perspectiva de entrega de armas estadounidenses a Kiev, pero no soluciona definitivamente el conflicto, según los analistas.
El ministro de Exteriores alemán, Frank-Walter Steinmeier, celebró un «paso adelante que nos aleja de una espiral de escalada militar», si bien aún no es momento de «euforia».
El acuerdo «es un paso en la buena dirección, aunque no lo arreglará todo», reaccionó la jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini.
TANQUES RUSOS
Según el gobierno de Kiev, durante la cumbre de Minsk, medio centenar de tanques, así como material pesado, ingresó en territorio ucraniano desde Rusia.
«Debemos ser muy claros con Vladimir Putin, que debe saber que las sanciones no serán retiradas a menos que cambie de actitud», insistió el primer ministro británico David Cameron.
Putin aseguró que los separatistas, que rodean a los soldados ucranianos parapetados en la localidad de Debaltsevo, esperan que estos «depongan las armas» para que el alto el fuego entre en vigor.
Los dirigentes separatistas consideraron que el acuerdo puede hacer esperar una «solución pacífica» del conflicto, aunque la retirada de las armas pesadas «podría llevar más de dos o tres días», advirtió Andrei Purguin, alto representante de los separatistas de Donetsk.
Aunque el nuevo acuerdo no se diferencia demasiado del alcanzado en septiembre, el hecho de que haya sido avalado oficialmente al más alto nivel con una «declaración de apoyo» le confiere un peso mucho mayor.