Ciudad Bolívar. _ Un creciente descontento se ha apoderado de amas de casa y consumidores en Ciudad Bolívar debido a la presunta alteración del peso del pollo beneficiado y congelado que se comercializa en la región. La denuncia principal radica en la presencia excesiva de hielo en el interior de las aves, lo que incrementa su peso y, en consecuencia, su precio.
Un problema de peso
Según testimonios recogidos en el mercado periférico de la ciudad, el volumen de hielo hallado en los pollos congelados es considerable, llegando a representar hasta 500 gramos adicionales al peso real del producto. Esta situación genera indignación entre los consumidores, quienes se sienten estafados al pagar por un peso que no corresponde al del pollo en sí, sino al del agua congelada.
«Es una estafa», afirma Lisbeth Palma, una de las compradoras afectadas. «Uno paga por un pollo que supuestamente pesa dos kilos, pero al descongelarlo te das cuenta de que una buena parte de ese peso es hielo. Estamos pagando agua al precio de pollo».
Pruebas y testimonios
Para corroborar estas denuncias, Belkis Castillo, ama de casa con experiencia en el manejo de alimentos, realizó una demostración práctica. Al pesar un pollo congelado, obtuvo un peso inicial de 1.875 grs. (1,86 kgs). Tras descongelarlo y retirar el hielo, el peso se redujo a 1.500 grs. (1,50 kgs), lo que confirma la diferencia significativa entre el peso real del pollo y el peso inflado por el hielo, en este caso de 375 grs.(0,38 kgs.)
«Es evidente que nos están engañando», señala Castillo. «Estamos pagando por agua congelada, lo que no solo afecta nuestro bolsillo, sino también la calidad de los alimentos que consumimos».
Implicaciones legales
Ante esta situación, el abogado Roger Sarmiento advierte que la venta de pollo con peso alterado por la presencia de hielo podría constituir un delito de estafa generalizada. «Si se comprueba que los comerciantes o las granjas están inflando el peso del pollo de manera intencional para aumentar sus ganancias, podrían enfrentar cargos legales», explica Sarmiento.
«Los consumidores afectados pueden presentar una denuncia ante la fiscalía para que se inicie una investigación», indicó.
Llamado a las autoridades
Ante la gravedad de esta situación, los consumidores contactados, hacen un llamado a las autoridades con competencia en el caso, como Sencamer, para que tomen cartas en el asunto y realicen inspecciones exhaustivas en los mercados y establecimientos donde se comercializa pollo congelado. El objetivo es proteger a los consumidores de prácticas comerciales desleales y garantizar la transparencia en la venta de alimentos.
«Necesitamos que las autoridades actúen», exige Palma. «No podemos seguir siendo víctimas de estos comerciantes inescrupulosos que se aprovechan de nuestra necesidad de alimentarnos».
Un llamado a la conciencia
Más allá de las acciones legales y las inspecciones, es fundamental que los consumidores tomen conciencia de sus derechos y denuncien cualquier irregularidad que detecten al momento de comprar pollo. La unión y la denuncia son herramientas poderosas para combatir la estafa y garantizar un comercio justo y transparente. Jesús González
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