La guerra era entendida hasta el siglo XX, como el conflicto armado entre dos Estados, libradas entre fuerzas armadas uniformadas y ciertas normas que trataban de regularlas. Esto viene siendo reemplazado por otro tipo de guerra, que ocurre cuando un Estado utiliza ciudadanos del propio país que desea desestabilizar políticamente, utilizando las tácticas de contrainsurgencia. El Estado agresor financia y armas a las personas para que generen las hostilidades. Esta guerra suele denominarse insurgencia o conflicto de baja intensidad, cuyas modalidades es el terrorismo.
Se refuerza todas estas acciones terroristas, con los mensajes emitidos por los medios de comunicación para influir en la opinión pública, tanto en el ámbito nacional e internacional, ésta campaña mediática llega a constituir el arma estratégica muy efectiva. Por ejemplo, recordemos las contrarrevoluciones de colores promovidas por Estados Unidos en el mundo, siendo la última promovida en Ucrania.