En la proximidad de un Nuevo Año siempre acude a la memoria el recuerdo de todo lo vivido en el año que termina, en ello va incluído todo lo que pudimos hacer mejor y todo lo omitido.
Es un recuerdo que pretende tomar conciencia al examinarlo y reflexionarlo, de tomar las mejores decisiones con un acopio de voluntad, para definitivamente cambiar lo que haya de cambiarse, porque creo que todos quedamos fallos en el auto-juicio y es altamente positivo que así sea.
La conciencia del hacer nuevas todas las cosas, ya sea mejorando las fallas o recreando nuevas, donde las viejas se sustituyan, se acerca cada vez más a la nueva criatura, que el Señor pretende con nosotros, donde en su bendita Palabra afirma: «Cuando uno está en Cristo, nueva criatura es, las cosas viejas pasaron, he aquí que todas son hechas nuevas».
Sin una renovación o reimpulso, corremos el peligro de anquilosarnos, y sin fuerzas no podremos avanzar.
Las tendencias de apegarnos a viejas costumbres, que no todas son buenas, nos cierran el paso para esa restauración que nos conviene desde todo punto de vista, para alcanzar la meta del hombre nuevo, dispuesto para toda buena obra.
Un nuevo año, para los que hemos sobrevivido a las circunstancias adversas de estos últimos años, es un regalo de Dios, que debemos agradecer y aprovechar, en el mejor de los sentidos, para nuestro bien y de toda nuestra familia, y para todas las de nuestro País, porque resultará en beneficio de todos para el «mejor vivir». ¡¡Feliz Año Nuevo para todos!!.
¡¡Padre!!. Alabamos, bendecimos y glorificamos tu nombre, con una acción de gracias profunda por nuestro País, por la paz, la convivencia, la prosperidad y la provisión. Bendice a todas nuestras familias, guárdanos de calamidades y haznos justicia delante de nuestros enemigos. Te lo pedimos en el nombre de Jesucristo tu hijo. Amén.
Edilia Mata Rodulfo
Email: [email protected]
Manténte bien informado y recibe nuestro resumen de noticias. Únete al grupo de WhatsApp o canal de Telegram Síguenos en Instagram: @eldiariodeguayana