No amanecía este viernes y los detectives del Cicpc ya estaban en la calle, rastreando la guarida de un peligroso hampón que era requerido por la justicia tras diversos delitos.
El reloj daba las 5:30 de la mañana cuando cercaron el sector Barrio Guayana, en Puerto Ordaz, para efectuar el procedimiento que era respaldado por el Ministerio Público.
Los funcionarios arribaron al sitio y presuntamente los mismos gariteros que custodian la comunidad “le cantaron la zona” al bandido, porque para el momento que lo encuentran ya estaba preparado para dar la guerra.
A Ángel Carlos Báez Reyes, de 19 años, no le dio miedo que la comisión de la Brigada de Vehículos del Cuerpo de Investigaciones Científicas Penales y Criminalísticas (Cicpc), fuera más poderosa que él.
Estaba resteado y decidido a echarse plomo con la ley.
Cuando los detectives se aproximaron a la vivienda del antisocial e intentaron hacerle el llamado pacíficamente para que se entregara, lo que recibieron fue tiros.
Esta acción fue repelida y comenzó el fuego cruzado. Al cabo de unos minutos y cuando Ángel intentaba darse a la fuga por el techo, se desplomó.
Cesaron las balas y el moribundo ameritó ser trasladado hasta el hospital Uyapar, pero dejó de existir para el momento que era auxiliado por los médicos de guardia.
Presuntamente era un líder hamponil del barrio, que nadie se atrevía a denunciar por miedo.
La boleta de captura en contra de Ángel, fue emitida por el Juez 3° en función de Control del estado Bolívar.
Tenía varios registros policiales y estaba solicitado por el delito de robo de vehículo y extorsión.
INSPECCIÓN
El Eje de Homicidios se presentó en el lugar del enfrentamiento para proceder a las pesquisas pertinentes e incautó el arma de fuego que utilizó el hoy occiso para arremeter en contra del Cicpc: un revólver Smith Wesson, calibre 38 milímetros.
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