Río de Janeiro.- La visita del primer ministro chino a América Latina, que termina este martes en Chile, permitió afirmar una relación jugosa para la economía de esta región en desaceleración, pero que sigue siendo desigual.
El viaje de Li Keqiang fue fructífero sobre todo para Brasil, con el que selló acuerdos de inversión y cooperación por 53 000 millones de dólares, fundamentalmente en infraestructura. Además de Chile, donde anunció la instalación del primer banco de liquidación en yuan de Sudamérica, Li también visitó Colombia y Perú.
En julio de 2014 fue el presidente chino el que recorrió Brasil, Argentina, Venezuela y Cuba, ilustrando el papel del gigante asiático como principal socio comercial de la región.
«Xi Jinping fue muy claro sobre esto en los últimos meses: que China contribuirá con mucho más a la región, traerá miles de millones más en los próximos años, pese a la desaceleración del crecimiento en los dos lados del Pacífico», señaló a la AFP Margaret Myers, directora del programa China y América Latina del centro de estudios Diálogo Interamericano de Washington.
FUENTE INAGOTABLE
Según el balance realizado a fines de 2014 por este centro y la universidad de Boston, China otorgó desde 2005 más de 119 000 millones de dólares en préstamos a países o empresas de Latinoamérica, de los cuales 22 100 millones en 2014.
El primer beneficiario fue Venezuela, que recibió 56.300 millones de dólares, seguido de Brasil (USD 22 000 millones) y Argentina (USD 19 000 millones).
¿Cuál es el interés de la región para China? Que es una fuente casi inagotable de materias primas y recursos naturales. Al mismo tiempo, América Latina importa productos manufacturados chinos.
Y aunque la relación «sigue siendo desequilibrada», según Myers «hay una pequeña diversificación».
«Lo vemos un poco más en la exportación de bienes con valor agregado a China; por ejemplo, vemos mucho vino chileno exportado, café procesado, chocolate, muchos bienes agrícolas con valor agregado, algunos servicios también», indicó.
CAPACIDAD INDUSTRIAL
En un momento en el que la economía china también se desacelera, la relación entre los dos socios se profundiza y amplía», aseguró Joao Augusto de Castro Neves, director de América Latina del gabinete de asesores Eurasia Group.
«Del lado chino, el entorno de menor crecimiento económico vuelve su economía menos dependiente de los recursos naturales, sus prioridades están cambiando, de facilitar la importación de commodities a facilitar la exportación de sus capacidades industriales».
Eso explica su interés en los proyectos de infraestructura en Latinoamérica.
MALESTAR
En Latinoamérica, «en la medida en que esa presencia china empieza a hacerse más evidente comienza a sentirse también algún tipo de malestar», observó Carlos Malamud, especialista en la región del instituto Real Elcano de Madrid.
En Nicaragua, defensores del medio ambiente y comunidades locales luchan desde hace meses contra el proyecto del canal interoceánico de Hong Kong Nicaragua Canal Development (HKND).
En el sur de Perú, un obrero murió en lunes en enfrentamientos entre policía y manifestantes que denunciaban despidos «arbitrarios» en una mina de la china Shougang.
Según un estudio de universidades en Argentina, en Perú y Estados Unidos «el comercio y las inversiones chinas en América Latina desde el inicio del siglo XXI fueron un factor importante de degradación ambiental en la región y también una fuente de conflictos sociales significativos».
«La relación con China es evidentemente beneficiosa para América Latina pero los latinoamericanos deben ser más cuidadosos a la hora de negociar esta relación», estima Malamud, que les recomienda aliarse para tener más peso.
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