Columna: Desde El Orinoco

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Teresa Carreño. Una mujer venezolana excepcional y ejemplar

Quiero rendir un merecido homenaje a las mujeres, en ocasión de celebrase el 08 de marzo, el día Internacional de la Mujer y en virtud de haberse escogido a Marzo, como el mes de la mujer. Deseo compartir con mis lectores, unos hermosos comentarios sobre Teresa Carreño, escrito por Ruiza, M., Fernández, T. y Tamaro, E y publicado en la página web https://www.biografiasyvidas.com/biografia/c/carreno_teresa.htm. Dice textualmente:

“Teresa Carreño (Caracas, 1853 – Nueva York, 1917) Pianista venezolana. Recibió su primera formación musical en Caracas de la mano de su padre, Manuel Antonio Carreño, y de Julius Hohené. En 1862 se trasladó con sus padres a Nueva York, ciudad donde ofreció, antes de cumplir los nueve años de edad, su primer recital público. Fue invitada a tocar en la Casa Blanca, ante el presidente Abraham Lincoln.

En Nueva York, estudió con los maestros Louis Gottschalk y Anton Rubinstein. Teresa Carreño completó su formación en París, adonde se trasladó en 1866, e inició una brillante carrera de concertista en 1871. Actuó en los principales auditorios de Europa y América, en Sudáfrica, Australia y Nueva Zelanda, y fue solista de la Orquesta Filarmónica de Berlín. Durante esos años entabló amistad con compositores como Johannes Brahms, Anton Bruckner, Edvard Grieg, Franz Liszt, Clara Schumann y Richard Wagner.

Regresó a Caracas en 1885. Al año siguiente, el presidente Antonio Guzmán Blanco le encargó la organización de la temporada de ópera de Caracas, pero esta operación fracasó debido a la actitud de la alta sociedad caraqueña, que no asistió a las funciones para demostrar su repudio a una mujer divorciada. Teresa Carreño se había casado con el violinista Émile Saureal (1873) y posteriormente con el cantante de ópera Giovanni Tagliapietra (1876). Se casaría dos veces más: en 1892 con el pianista Eugène D’Albert y en 1901 con Arturo Tagliapietra, un hermano de su segundo esposo.

Fijó su residencia en Berlín en 1889, pero abandonó Alemania al estallar la Primera Guerra Mundial y, tras una gira de conciertos en España y otra en Cuba, se radicó definitivamente en Nueva York. Desde 1938 sus restos están sepultados en Caracas, primero en el Cementerio General del Sur y, desde 1977, en el Panteón Nacional. En 1983 se inauguró en Caracas el Complejo Cultural Teresa Carreño, considerado el más vasto de América Latina.

La figura de Teresa Carreño se cuenta entre la de los más grandiosos pianistas de su época. Sus interpretaciones sonaban a melodía propia y se decía que «componía mientras ejecutaba» piezas que tocaba, según Brahms «como un verdadero pianista». Su técnica, descrita por ella como el arte de «jugar con el instrumento», revolucionó los cánones de la ortodoxia del vanguardismo alemán de finales del siglo XIX”

Teresa Carreño es una ejemplar y digna representante de la mujer venezolana, de sus mejores talentos, de su monumental calidad y de lo que son capaces de hacer las mujeres, cuando se lo proponen, asumen un serio compromiso por sus metas, se dedican con perseverancia y nunca se rinden, cuando desean conquistar una meta

Nos sentimos orgullosos de la senda “!marcada” por Teresa Carreño y debemos tomar su monumental ejemplo, sus valores, su auto confianza, su determinación a triunfar y su inquebrantable fe en sí misma, para llegar a lo más alto del arte y la cultura de su época. Las mujeres venezolanas, y también en el mundo entero, han ido escalando mayores responsabilidades y mereciendo mejores reconocimientos y, en acto de justicia, mayores oportunidades de ocupar los más altos cargos en instituciones, empresas, entes de gobierno y organizaciones de todo tipo, para dejar su impronta y sus positivos resultados.

Esta más que demostrado que las mujeres tienen las mismas posibilidades y capacidades que los hombres, para desempeñarse de manera excelente en cualquier responsabilidad que se le asigne. Han sido los rezagos, falacias, lastres sociales, errados conceptos y limitaciones culturales, las responsables de haberlas subestimado y de no darles las mismas, exactamente, las mismas oportunidades que a los hombres, en la conducción de las sociedades y sus diversas instituciones.

Afortunadamente, hemos avanzado mucho y se han ido superando esos negativos y errados conceptos, con lo cual tenemos mujeres en los más altos cargos de las instituciones y hasta en la jefatura de Gobierno, en diversos países del mundo.

Que sigan los avances y que terminemos de superar esas barreras culturales, para que hombres y mujeres, según nuestra preparación, méritos, dedicación, experticia y conocimientos, podamos asumir cualquier responsabilidad y dejemos nuestra “huella” de grandes resultados, a nuestro paso por la vida. Amén

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