¿Cómo reaccionas ante las Transformaciones y Cambios?
Estamos ante la llamada Nueva Normalidad y semejante transformación del mundo requiere una acertada actitud de los seres humanos ante los cambios que han sacudido, y seguirán sacudiendo, a las sociedades.
Quiero compartir con ustedes, una magnífica historia de Juan Mateo, publicada en HSM Global sobre la forma en que estamos intentando buscar soluciones en este entorno tan complicado. Puede ser que no las encontremos por que las buscamos dónde no las hay, porque las seguimos buscando con viejos métodos y en un pasado lleno de experiencias que, ante la nueva situación, no sirven de mucho. La historia es la siguiente:
“Una noche, mientras paseaba por mi barrio, me encontré a un hombre que buscaba desesperadamente algo. Me sorprendió observar que, mientras se llevaba las manos a la cabeza y decía sin cesar, “¿dónde se habrán caído?”, daba vueltas y vueltas dentro un círculo muy reducido cuyo centro era una farola…
Me acerqué y le pregunté si le podía ayudar. Cuando me respondió me di cuenta de que, además, estaba algo bebido.
¿Puedo ayudarle?
Sí, claro, por supuesto
¿Qué ha perdido?, le pregunté mientras comenzaba a buscar sin saber qué buscaba.
Las llaves de mi casa. ¡¡Las malditas llaves de mi casa!!, me contestó con un tono pastoso de voz y unos ojos brillantes y enrojecidos.
No se preocupe, le dije para tranquilizarle, seguro que las encontramos.
Me puse a buscar, y mientras lo hacía, le pregunté:
¿Está seguro de que se le cayeron por aquí?
Pues la verdad es que no, me contestó, pero aquí hay luz.
Lo que nos ocurre, al igual que al personaje de la historia, es que en el pasado tenemos “luz” y es donde intentamos encontrar las soluciones por nuestra experiencia, pero el problema es que la situación a la que nos enfrentamos es NUEVA y la experiencia acumulada nula, así que o buscamos en la “oscuridad” o seguiremos dando vueltas a la farola”.
El drama, según Juan Mateo, reside en que lo que está oscuro nos da miedo y, por lo tanto, lo rechazamos. Pero hay que armarse de valor y adentrarse en el túnel con “una buena linterna”, sólo así, buscando de manera diferente podremos encontrar soluciones nuevas. Esta nueva sociedad y esta realidad tan diferente, no la podremos enfrentar con éxito, sin una sensata y positiva actitud favorable a los cambios.
Los líderes, directivos, gerentes y ejecutivos de las diversas organizaciones, instituciones o empresas, así como los ciudadanos de las diversas naciones, debemos tener muy presente este aserto. Nunca se logran resultados distintos y transformadores, si hacemos las cosas de la misma manera.
Lastimosamente, muchas personas se aferran a realizar las cosas de la misma manera, repetitiva, predecible y obstinados en repetir las mismas prácticas, aunque las mismas no estén dando los resultados esperados,
Los líderes están obligados, ni siquiera se trata de una recomendación o sugerencia, a ser los impulsores del cambio, el mejoramiento y transformación de sus organizaciones. Los tiempos actuales, con tantos cambios, turbulencias y nuevas realidades, no pueden ser superadas con estilos viejos, ni maneras anteriores de proceder. Las personas que se resisten a las transformaciones, que no desarrollan la creatividad, que no se cuestionan sus métodos, que pasan mucho tiempo haciendo lo mismo, de la misma manera y que se acostumbran a que las cosas no resulten excelentes, se constituyen (sin quererlo) en serias limitaciones e impedimentos para su propio crecimiento y también, el desarrollo de sus actividades laborales, de negocios o de dirección de alguna organización o empresa. Los líderes tienen que ser los más interesados en los cambios, mejoras y transformaciones en sus respectivos ambientes de actuación, a cumplir las metas con vigor, con mucha sapiencia y con la humildad suficiente para reconocer que sus métodos anteriores, aunque les pudieron dar éxitos pasados, ya no tienen utilidad.
Los líderes hacen suyas las metas de las organizaciones, se hacen responsables por los resultados y desarrollan su máxima creatividad para que las metas se consigan. Deben ser maestros de la motivación al cambio a la mejora a diseminar la cultura de la excelencia en la empresa. Del mismo modo, cada persona debe, sin lugar a dudas, hacerse responsable de su vida, incorporar una mentalidad positiva ante los cambios y ser incluso potenciadores de cambios y transformaciones, para tener una vida exitosa y realizada.
Por lo tanto, los gerentes y ejecutivos de las organizaciones no deben buscar éxitos en repetir lo que venían haciendo y en moverse en esa llamada luz que representa la experiencia pasada y en mantenerla por siempre. Es impostergable que los lideres y ejecutivos se lancen al ruedo de la inventiva, de ser luchadores contra la rutina aniquiladora del espíritu de cambio. Sin cambios y transformaciones, perecen las organizaciones.
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