¿Nos Ayudan los Paradigmas?
Quiero comentarles, en esta oportunidad, sobre un aspecto crucial en la vida de las empresas y que resulta muy importante para gerentes y líderes modernos. Se trata de los llamados paradigmas. Resolver este elemento con la inteligencia debida y la agudeza que suele caracterizar a los líderes exitosos, permite dar saltos cualitativos a las sociedades y a los seres humanos que en ella habitan.
¿Qué son los paradigmas?
Se conoce con este nombre a postulados, afirmaciones o creencias que por razones culturales, tradiciones, enseñanza familiar o escolar, costumbres o cualquier otra razón, se dan como ciertas, se aceptan socialmente o en alguna organización o institución y hasta se suele cuestionar a quien opine diferente a esos conceptos o creencias. Podríamos expresar que los paradigmas son esas “verdades” que prevalecen, en una organización, empresa, institución, sector vecinal, ciudad, región o país, durante cierto tiempo, sin que sean cuestionadas. Esas supuestas verdades, en muchos casos, son grandes falsedades, que generan impactos muy negativos en el sitio donde se dan como válidas y se aplican sin análisis alguno.
Los paradigmas suelen permanecer inamovibles por un tiempo, pero luego pierden vigencia y se derrumban estrepitosamente, para dar paso a nuevos paradigmas.
Las sociedades establecen esos paradigmas, los usan por un tiempo determinado, pero requieren de sus actualizaciones y cambios frecuentes, para permitir el estímulo y la motivación necesarios que permitan lanzar a los seres humanos hacia nuevas y mejores maneras de hacer las cosas y lograr los indetenibles avances que toda sociedad requiere.
Los paradigmas pueden representar esos acicates, dardos y efectivo estímulos que los hombres y mujeres necesitamos para “darnos cuenta” de que no podemos seguir vagando por la vida sin objetivos retadores, ni metas claras que resulten difíciles de obtener. Los paradigmas suelen ser útiles y nos deparan buenos beneficios, cuando se basan en hechos ciertos y nos sirven de orientación y guía en nuestras actuaciones.
Cuando no hay paradigmas, cuando no hay retos y objetivos a lograr los seres humanos tienden a paralizarse, a detenerse, a perder las ganas de empujar fuerte y lanzarse a cumplir grandes propósitos en la vida.
Pero, de igual forma, cuando esos paradigmas se estacionan, se almidonan, se quedan por largos períodos, entonces esos mismos paradigmas se convierten en una especie de somníferos que adormecen la creatividad y cercenan las ganas de progresar.
El secreto, entonces apreciados lectores, consiste en ir modificando, cambiando, sustituyendo oportunamente, esos paradigmas e irle dando a las empresas y al mundo en general, unos nuevos retos que les permitan ir avanzando sin descanso.
Los líderes deben estar alertas ante esos nuevos retos e impedir que las instituciones, organizaciones, empresas o incluso regiones, territorios y naciones enteras, se vuelvan marmóreas, inmanentes, pesadas y acostumbradas a realizar las cosas de la misma manera, por largos años. Los líderes, ejecutivos y gerentes empresariales deben tener muy presente la revisión de esos paradigmas y ser agentes de cambios y transformaciones, para evitar que sus organizaciones se “mueran” soportando supuestas verdades que terminan siendo muy negativas y dañinas a las empresas.
El cambio, a veces doloroso y hasta desagradable es la fuente de vitalidad y renovación, indispensable, que permite a los ciudadanos y a todo tipo de organización o sociedad, salir adelante, romper moldes y asumir nuevos retos y desafíos existenciales.
El mundo empresarial y de negocios, es particularmente sensible a estos aspectos. Por tanto, los líderes u gerentes deben hacerse, con frecuencia, preguntas como éstas: ¿Cuándo fue la última vez que cambiamos un producto? ¿Cómo anda la competencia?. ¿Desde cuando no asistimos a seminarios, exposiciones y ferias industriales para ver lo que pasa a nuestro alrededor?. ¿Cuánto tiempo tienen nuestros procedimientos sin ser modificados?. ¿Cómo estimulamos en la empresa la creatividad? ¿Cuál es nuestra reacción ante los cambios?: ¿propiciamos los cambios? ¿Los criticamos y hasta los ahogamos? ¿Cómo está mi empresa ante la Nueva Normalidad? ¿Cómo aplicamos el teletrabajo y las modernas tendencias del marketing digital y las redes sociales?
En las respuestas de estas, y muchas otras, preguntas puede estar la clave de los problemas que pueden estar afectando a su empresa.
Es ocasiones los cambios traen consigo confusión, desorden, tensiones y hasta roces y conflictos, pero pretender evadir estos “malestares” nos puede crear la falsa sensación de que andamos bien, pero luego, algo inevitable, pagaremos caro las consecuencias. Cambiar o perecer, parece la consigna.
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