Columna: Puño y letra

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¡Y se juramentó, Nicolás!

Contra todo pronóstico y planes nefastos de la oposición apátrida, el 10 de enero fue juramentado Nicolás Maduro Moros como presidente constitucional de Venezuela, junto con el pueblo y rodeado del respaldo de 125 representantes de naciones hermanas.

Tal y como lo establece nuestra Constitución Nacional, el único ente calificado para proclamar al ganador electoral es el CNE, como lo hizo con Nicolás; y el único facultado para juramentar a un Jefe de Estado es la Asamblea Nacional actual, y fue quien juramentó a Nicolás Maduro como presidente constitucional. Quienes trataban de socavar la paz y la tranquilidad en el país se quedaron con los crespos hechos.

Pese a las amenazas con nuevas sanciones, bloqueo económico y el llamado sin respuesta a la violencia, triunfó la alegría, la paz, el amor; prevaleció el sentimiento patrio por un país que nos pide a gritos: unidad, lucha, batalla, paz, desarrollo, crecimiento y victoria como pueblo.

Y vamos por la creación del Estado Comunal, propiciando los escenarios para el debate de ideas, el diálogo y la interacción en mesas de trabajo que nos permiten sincerar las necesidades en el territorio.

En Bolívar afianzamos la participación democrática y protagónica, libertad de pensamiento que prevalece en el tiempo del gobernador Ángel Marcano, en aras de contribuir con la transformación de la patria grande que soñaron Bolívar y Chávez.

La decisión popular se hizo sentir y respetar, a quienes estén favor o en contra de la Revolución Bolivariana, Venezuela tiene un Presidente Constitucional y no es otro que el hermano, Nicolás Maduro Moros.

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