A diferencia de los humanos, los animales no pueden describir lo que sienten. Esto significa que los trastornos mentales en ellos deben identificarse a través de sus acciones. Perros y gatos pueden mostrar ansiedad al caminar de un lado a otro, temblar, vomitar compulsivamente o incluso perder pelo.
En el caso de los primates en cautiverio, se documentaron comportamientos extremos como automutilación o la ingesta de sus propios excrementos. Algunas conductas destructivas, como destrozar muebles en casos de ansiedad por separación, también evidencian el impacto que el entorno tiene sobre los animales.
Situaciones de trauma, como negligencia o cambios bruscos en el ambiente, pueden provocar respuestas impulsivas en las mascotas, similares a los humanos que enfrentan trastornos de ansiedad o estrés postraumático (TEPT).
Límites entre las enfermedades humanas y animales
Aunque los animales muestran patrones de comportamiento similares al de los humanos, existen diferencias fundamentales en la forma en que experimentan ciertas enfermedades mentales. Por ejemplo, la esquizofrenia, asociada con una mayor complejidad cerebral, no parece darse en animales.
Asimismo, los animales carecen de la capacidad para experimentar formas complejas de depresión relacionadas con conceptos abstractos o existenciales.
Esto podría deberse a la falta de una función cortical prefrontal sofisticada, esencial para planificaciones a largo plazo y reflexiones abstractas. Estas diferencias subrayan los límites biológicos en las similitudes entre humanos y animales.
Impacto del entorno en la salud mental de las mascotas
El entorno desempeña un papel crucial en el bienestar emocional de los animales. Mascotas con ansiedad por separación pueden desarrollar comportamientos destructivos como reacción al estrés.
Claves para el cuidado emocional de las mascotas
Los expertos coinciden en que detectar y abordar los primeros signos de ansiedad o estrés en los animales es esencial para prevenir problemas más graves. Por ejemplo, las mascotas que no muestran comportamientos destructivos pueden pasar desapercibidas, aunque experimenten angustia emocional.
Estudios mostraron que muchos animales simplemente esperan nerviosos el regreso de sus dueños sin expresar su estrés de forma evidente.
La clave radica en entender el lenguaje corporal de los animales y evitar asumir comportamientos sin una base científica sólida. Incluso conceptos populares, como la idea de que mover la cola siempre indica felicidad en los perros, son mitos que deben ser cuestionados.
Manténte bien informado y recibe nuestro resumen de noticias. Únete al grupo de WhatsApp o canal de Telegram Síguenos en Instagram: @eldiariodeguayana