Estados Unidos y Cuba, dos vecinos enfrentados por medio siglo de ruptura, inician el lunes una nueva fase de su historia, con el restablecimiento de relaciones diplomáticas y la reapertura de sus embajadas en Washington y La Habana
El ministro cubano de Relaciones Exteriores, Bruno Rodríguez, presidirá la ceremonia de reapertura de la embajada en Washington, con el izado de la bandera, y posteriormente se reunirá con el secretario de Estado norteamericano, John Kerry, para una conferencia de prensa conjunta.
Por fuerza de los acuerdos sellados por Barack Obama y Raúl Castro el 30 de junio, las relaciones diplomáticas quedarán automáticamente restablecidas en el primer minuto del lunes, y las respectivas embajadas adquirirán pleno poder, con funcionamiento pautado por la Convención de Viena.
La ceremonia en Washington contará con unos 500 invitados, incluyendo una delegación venida desde La Habana, que incluye al cantautor Silvio Rodríguez y al primer jefe de la Sección de Intereses, Ramón Sánchez Parodi.
El gobierno estadounidense estará representado por Roberta Jacobson, subsecretaria de Estado para el Hemisferio Occidental, y el diplomático Jeffrey DeLaurentis, actual jefe de la Sección de Intereses de Estados Unidos en La Habana.
En tanto, en La Habana por el momento no hay previsión de cualquier ceremonia para marcar la reapertura de la embajada, dijo el viernes un alto funcionario del Departamento de Estado, ya que esa cancillería prefiere esperar un viaje del propio Kerry para izar la bandera estadounidense frente al Malecón.
«Es una ocasión histórica, pero legalmente la embajada estará funcionando el lunes. No hay una exigencia legal de izar la bandera, pero el Secretario de Estado quiere estar allí para presidir un evento tan importante», dijo la fuente.
MUCHO TRABAJO POR DELANTE
El restablecimiento de las relaciones diplomáticas y la reapertura de las embajadas representan un salto de gigantescas dimensiones respecto a la situación imperante desde 1961, cuando Estados Unidos rompió relaciones con Cuba y las dos representaciones diplomáticas fueran cerradas.
Recién en 1977 los dos países acordaron abrir una Sección de Intereses en cada capital.
Y sin embargo, los dos países aún tienen por delante un camino largo y sinuoso para resolver problemas acumulados en medio siglo, un proceso centrado en «normalización» de las relaciones bilaterales.
Buscando resolver las diferencias
Desde los anuncios de reaproximación, los dos países han destacado que las diferencias seguramente no van a desaparecer como por arte de magia, pero tener embajadas operativas permitirá negociar esas diferencias y hallar salida a los problemas acumulados.
El levantamiento del embargo estadounidense, la devolución de la base naval de Guantánamo y la solución a las multimillonarias demandas recíprocas de compensación son algunos de esos temas.
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