El nuevo mecanismo cambiario venezolano que prometía el libre canje de divisas fue incapaz de satisfacer la demanda tras un mes de operación, lo que ha disparado el valor del dólar negro que el gobierno izquierdista de Nicolás Maduro esperaba derrotar.
El Sistema Marginal de Divisas (Simadi) fue anunciado con bombos y platillos por Maduro y sus ministros del área económica como un sistema «libre» y que funcionaría «a través de las bolsas (de valores) públicas, de las bolsas privadas, donde concurran el sector privado y el sector público».
Sin embargo a la luz de la cotización del mercado negro (donde un dolar cuesta 40 veces mas que el subsidiado para importaciones prioritarias, de alimentos básicos y medicinas), el Simadi no ha satisfecho las expectativas de divisas de rubros que el gobierno considera «no prioritarios» (insumos industriales), mientras la entrega de divisas para las prioritarias se redujo de forma considerable.
A mediados de esta semana el dólar para importar alimentos y medicinas seguía clavado en 6,30 bolívares –como desde hace dos años pese a una inflación de 70% anual– mientras el Sicad (para importaciones no prioritarias) costaba 12 bolívares y el Simadi 190. Frente a ellos el paralelo seguía su escapada y rozaba 270 bolívares por dólar.
Venezuela, bajo estricto control cambiario desde 2003, obtiene de las exportaciones petroleras (monopolio estatal) el 96% de sus divisas. El derrumbe del barril a menos de la mitad en seis meses precipitó una crisis larvada en un país que importa más de la mitad de la comida y medicinas, además de la mayoría de insumos y bienes industriales.
«La modificación del sistema cambiario no ha funcionado como se esperaba. No ha habido asignaciones de dólares en el Sicad (a Bs 12 por dólar), la asignación de divisas en Cencoex a Bs 6,30 por dólar ha estado muy escasa; y luego el Simadi no ha funcionado, con una demanda sustancialemnte mayor que la oferta» resume a la AFP el economista y director de la consultora Ecoanalítica, Pedro Palma.
Con el Simadi la promesa del Ejecutivo venezolano señalaba que «los oferentes y demandantes se pueden cruzar entre sí» con un precio para las divisas «que de acuerdo a las necesidades de la economía irá subiendo o bajando», en un esquema que cubriría menos de 5% del mercado de divisas.
En consecuencia el resto del mercado cambiario sería atendido por Cencoex (alimentos y medicinas) y Sicad (otros rubros básicos) con subastas.
Sin embargo el Sicad no ha retomado las subastas que detuvo en octubre, e incluso de la última realizada hace más de cuatro meses todavía no se han liquidado las divisas a algunas de las empresas beneficiarias, indica Henkel García, director de la firma Econométrica.
Aunado a esto -explica García- la oferta del Simadi ha sido muy poca y esencialmente de algunos privados. El sector público, principalmente el BCV y la estatal Petróleos de Venezuela, no han ofertado divisas.
Pero en ese marco de austeridad Venezuela ha tenido especial cuidado de seguir pagando su deuda externa. El último pago e realizó esta semana, cuando canceló 1.070 millones de euros de un bono 2015 y entre abril y mayo están programados pagos por 1.800 millones de dólares.