Ciudad Guayana se ha caracterizado por ser una de las ciudades más caras de Venezuela. Actualmente el alto costo de la vida, la escasez, la baja producción y el poco ingreso para los comerciantes, han hecho que el rubro de la alimentación se vea considerablemente afectado por estas variables económicas. Por una parte, el vendedor debe buscar la manera de encontrar el producto más barato para poder venderlo al precio estipulado por la ley y por la otra, el comprador debe buscar esos establecimientos en donde el producto sea el que más se adapte a su bolsillo.
PARO DE CARNICEROS
Alberto Abelucho tiene más de veinticinco años trabajando como vendedor de carne en el mercado municipal de Unare, relata que por los problemas del precio de este rubro tan importante para los guayaneses, los carniceros se declararon en paro por cuatro semanas al no saber el destino del nuevo precio de la carne.
«Nosotros sabemos la dura situación en la que está la economía del país y para nadie es un secreto eso. Por esta razón, los carniceros que laboramos aquí tuvimos que dejar de trabajar ya estaba a la expectativa y en discusión el nuevo precio de la carne. El gobierno quería que vendiéramos la carne en Bs 260, un precio absurdo porque nosotros les compramos a los mayoristas la carne a Bs 225. No entendemos cómo van a venir a decirnos que vendamos un producto a un precio al que no le vamos a ver un margen de ganancia. Tenemos que pagar personal, equiparnos con nuestros implementos de trabajo y pagar el local comercial. Todos son gastos que corren por nuestra cuenta y que al futuro no van a verse equiparadas con el precio que el gobierno quiere que vendamos la carne, convirtiéndose en pérdidas para uno el comerciante que se esfuerza por vender el producto».
EL POLLO TAMPOCO SE SALVÓ
En diferentes establecimientos comerciales de Puerto Ordaz dedicados a la venta de pollo, los precios están iguales o hasta más elevados que el precio de la carne. Varían desde los Bs. 320 hasta los Bs. 720. Carlota Font, es una de las tantas madres que día a día se rebuscan para encontrar los precios más baratos y poder darle de comer a sus hijos. «No me di cuenta en que momento llegamos a este punto. Un pollo no te baja ahora de trescientos bolívares. Lo más inaudito es que el tamaño no corresponde al precio al que lo ofertan. Pero como madre de familia y cabeza de mi hogar, me toca movilizarme y rebuscar por todos los comercios para saber cuál es el que oferta al menor precio, ya que no puedo dejar a mis hijos sin su comida. Esta es la triste realidad de Venezuela».
EL NUEVO PRECIO
Alberto Abelucho comenta que se llegó a un consenso entre la alcaldía y los carniceros del mercado municipal de Unare con respecto al nuevo precio de la carne. «Los funcionarios de la alcaldía al analizar las diferentes variables economías se dieron cuenta que el precio que se había pautado había que modificarlo y adaptarlo más a la realidad del país. Acordamos un precio de Bs. 420 para la carne de primera, Bs. 400 para la carne de segunda y Bs. 250 para la carne de tercera que es costilla y lagarto. Estos precios se adaptan un poco más a la realidad del país. Esperamos que las personas entiendan que no somos culpables de los elevados precios, si no que la inflación ha hecho de las suyas. Es por eso que pedimos comprensión y entendimiento ya que nosotros como vendedores también nos vemos afectados».
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