Después del «sustico» que se llevó Benjamín Rausseo, «Er Conde der Guácharo», en Puerto Ordaz, el comediante venezolano demostró que no pasó de ser eso, «un sustico». Durante su espectáculo se mostró saludable, mejorado y ocurrente, como de costumbre. Luego del cateterismo que le fue practicado en una conocida clínica de la ciudad, luce «mejor que nunca».
El humorista se presentó este sábado, 30 de mayo, en la zona rental del Centro Ítalo Venezolano de Puerto Ordaz, tras la iniciativa de Profit Producciones, Promoshow y Festiva 99.9 FM. La asistencia fue masiva, los guayaneses querían disfrutar de sus chistes, una vez más. Las expectativas, tras su estado de salud, crecieron vertiginosamente, aunque Rausseo poco bromeó con el tema. «Estando en El Tigre me sentí mal, pero al darme cuenta que debía verme un médico dije: llévenme pa’ Puerto Ordaz porque quiero morir en tierras guayanesas», contó entre risas.
Cercana la 1:00 de la madrugada, el esperado artista salió al escenario, no solo para celebrar sus 30 años de carrera artística sino para reírse un rato con los espectadores de su show. Entre cuentos de «mi mujé», «la hija mía» y de sus músicos, pasó más de una hora interactuando con el público.
No fue uno, ni fueron dos: fueron tres
Er Conde no estuvo solo. Juan Ramón, «El maracucho», llegó con un nuevo estilo de humor para entretener a los guayaneses, quienes ansiosos esperaban al invitado especial. El novato bailó, cantó y contó decenas de chistes que arrancaron las mejores carcajadas, pero también improvisó con los datos que recibía del público. Borrachos, sifrinas, policías, políticos y otros tuvieron vida en la participación del telonero.
Wilmer Ramírez, comediante y figura principal, junto a Luis «Moncho» Martínez, del programa El Show del Vacilón, transmitido por Venevisión; también estuvo en el show, pero esta vez como anfitrión. Su sentido del humor se sintió en cada intervención, se basó en situaciones de la vida cotidiana venezolana para llevarse un puñado de sonrisas, ya que una buena dosis de picardía le imprimió a sus «cuentos». Impecablemente vestido, se adueñó del escenario en dos oportunidades.
Pero el epicentro seguía siendo Rausseo. Todos querían verlo, aplaudirlo y escuchar sus locuras. «Las lágrimas se asomaban cuando pensaban que su jefe ya no estaba, pero más pensaban en la fuerte suma que éste les adeudaba», con esta frase Ramírez presentó a Er Guácharo, haciendo referencia al supuesto hecho que vivieron los músicos que acompañan al humorista en sus presentaciones.
Bien afinada y coordinada, la Filarmónica de Musipán comenzó a ejecutar los instrumentos y el querido personaje criollo estaba ahí, imitando a un pobre viejecito enfermo que no se valía de sí mismo para caminar. Se situó frente al micrófono y extendió, a viva voz, su acostumbrado saludo. La respuesta fue la ovación de sus seguidores, tanto en ese momento como en el desarrollo y cierre del espectáculo.
PURO TALENTO
El talento regional también se hizo notar la noche de los 30 años de Er Conde der Guácharo, en Puerto Ordaz. Los locutores de Festiva 99.9 FM, José Luis Silva y Rafael Martes, dieron la bienvenida y el agradecimiento a los asistentes y compartieron varios minutos una jocosa y movida actividad. Tres damas y tres caballeros subieron a la tarima para hacer gala de sus cualidades histriónicas: bailaron, desde «la chapa» hasta «el pirulino», para competir y optar por una cesta de comida que contenía productos difíciles de conseguir actualmente. El premio los motivó y sin pena alguna movieron el esqueleto hasta ganarse el aplauso de sus simpatizantes.
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