Felipe González: “No quiero provocar un escándalo en Caracas”

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El expresidente español, Felipe González, ha tomado nota de la declaración de persona non grata sancionada el martes por la Asamblea Nacional de Venezuela, pero espera que esa medida no aliente al Gobierno de Nicolás Maduro a impedirle su llegada al país, prevista para mediados de mayo. En una entrevista con la emisora venezolana Unión Radio, González dejó claro este miércoles que sigue adelante con su compromiso de sumarse como asesor técnico a la defensa de los dirigentes opositores venezolanos Antonio Ledezma y Leopoldo López, presos en una cárcel militar de Caracas.

«Yo espero que la tensión con España no vaya a más y que no haya más descalificaciones. Si el Ejecutivo venezolano decide no permitirme la entrada estaría violando mis derechos de recorrer ese país. Pero no quiero provocar un escándalo, ni haré un espectáculo en la frontera si me lo impiden», advirtió.

El político, que no se mostrado disgustado con la medida aprobada por la mayoría chavista del Poder Legislativo, niega que su futura presencia en Venezuela pueda considerarse como una injerencia en la política interna local. «Yo me he acogido a una figura prevista en la legislación venezolana para sumarme a la defensa de López y Ledezma. Las leyes especifican que un asesor técnico externo, que ni siquiera tiene que ser abogado, puede asistir a la defensa. Espero tener la oportunidad de visitar a los presos y de asistir al juicio oral y público», añadió.

El propósito de González choca con el comportamiento, hasta ahora, del Gobierno venezolano, que apenas permite visitas a la familia íntima y a los abogados de los dirigentes opositores. A finales de enero los exgobernantes de Chile y Colombia Sebastián Piñera y Andrés Pastrana intentaron visitar a Leopoldo López en el penal de Ramo Verde, localizado a media hora de Caracas, pero la vicepresidencia de la República se lo impidió.

«Me gustaría que Venezuela comprendiera que estoy asistiendo desde el punto de vista de los derechos humanos a dos personas que me lo piden, según lo establecido en el ordenamiento venezolano y en la legislación internacional en esa materia. El presidente Maduro tiene la legitimidad que dan los votos. Espero que no tengan problemas con le legitimidad del ejercicio de su cargo, que es respetar el pluralismo. Un demócrata puede preciarse de ser tal cuando defiende la libertad de expresión de quien no piensa como él», agregó González.

El ex jefe del gobierno español explicó que se ha interesado en el caso porque en varias ocasiones recibió a las esposas de López y Ledezma, Lilian Tintori y Mitzi Capriles, y se impresionó «con la convicción con la que ellas defienden las causas de sus maridos». Al asumir la defensa de los presos políticos venezolanos, añadió, está siendo congruente con su acción política y recordó que no es la primera vez que hace gestiones similares. Ya durante la dictadura de Augusto Pinochet abogó y logró liberar a detenidos por razones políticas. «Para mí la lucha por la libertad es una prioridad. No puedo traicionar mi propia biografía».