Casi dos semanas después de los atentados yihadistas en Francia, la investigación se centraba este martes en la posible complicidad de cuatro hombres que comparecieron ante la justicia, el mismo día en que el primer ministro denunció un «apartheid» social y étnico en el país.
«La relegación en las afueras de las ciudades, los guetos, de los que ya hablé en 2005, el apartheid territorial, social, étnico que se ha impuesto en nuestro país» figuran entre «los males que corroen» a Francia, dijo el primer ministro Manuel Valls en su discurso anual ante la prensa.
La fiscalía de París pidió el martes la inculpación y el encarcelamiento en detención preventiva de los cuatro sospechosos, que podrían haber proporcionado armas y explosivos a los autores de los atentados cometidos del 7 al 9 de enero en París.
Europa sigue en estado de alerta por el riesgo de atentados y hubo nuevos registros en Alemania en círculos yihadistas, aunque sin detenciones. En una cumbre europea celebrada el lunes, la Unión Europea pidió a Turquía su cooperación en la lucha contra el yihadismo.
En Bélgica las autoridades siguen buscando, principalmente en España y Francia, a dos hombres fugados tras la operación de la policía la semana pasada en Verviers, en el este del país, para desmantelar una célula yihadista.
Otro sospechoso, un argelino de 33 años detenido el sábado en Grecia y que estaría relacionado con la célula, aceptó ser extraditado a Bélgica.
En Francia, donde el miércoles el ministro del Interior Bernard Cazeneuve presentará varias «medidas antiterroristas», cuatro hombres de entre 22 y 28 años comparecieron ante un tribunal para esclarecer su posible complicidad en los atentados.
Los cuatro forman parte de las 12 personas detenidas en la madrugada del viernes que podrían haber dado apoyo logístico (principalmente armas y vehículos) a Amedy Coulibaly, responsable de la muerte de a una policía el 8 de enero y de la toma de rehenes un día después en un supermercado judío en el que murieron cuatro personas.
Uno de los rehenes, Lassana Bathily, de 24 años, un maliense musulmán que salvó a varias personas escondiéndolas en la cámara frigorífica del supermercado, recibirá este martes la nacionalidad francesa.
Otro sospechoso detenido en Bulgaria, Fritz-Joly Joachin —un francés que conocía Cherif y Said Kouachi, los dos hermanos que perpetraron el ataque a Charlie Hebdo— será extraditado a Francia tras la decisión de la justicia búlgara este martes.
Por otra parte la policía judicial francesa indicó que los cinco rusos de origen checheno detenidos el lunes en Beziers son delincuentes de «derecho común» y que no «hay proyecto de atentado conocido».
– CUESTIONES EN SUSPENSO –
Todavía se desconoce quién proporcionó las armas a Coulibaly, que tenía dos pistolas Tokarev, dos Kalachnikov y explosivos, además del pequeño arsenal hallado en un apartamento de Gentilly, cerca de París, donde habría estado.
Tampoco se sabe cómo llegó al supermercado y quién publicó en internet un vídeo póstumo de reivindicación. Según una fuente policial, las autoridades están siguiendo a varias personas a partir de muestras de ADN y de escuchas telefónicas en el entorno de los tres yihadistas.
El ministro del Interior anunciara el miércoles medidas para «reforzar los medios de protección» de la policía y de los gendarmes pero también para los servicios de inteligencia, acusados de «errores» en la vigilancia de los yihadistas.
Por su parte el gobierno y el presidente francés François Hollande volvieron a defender la tolerancia y la libertad de expresión ante las manifestaciones en varios países contra las caricaturas de Mahoma del semanario satírico Charlie Hebdo, objetivo del atentado del 7 de enero en París en el que murieron 12 personas.
«Francia no da lecciones ningún país pero Francia no acepta ninguna intolerancia», dijo Hollande el lunes.
Este martes hubo nuevas manifestaciones en Indonesia, donde un centenar de personas protestaron de nuevo por la portada del último número de Charlie Hebdo, el primero publicado tras los atentados, en la que aparece un Mahoma con lágrimas en los ojos con un cartel de «Je suis Charlie».
También en Irán protestaron varios centenares de estudiantes. El lunes cientos de miles de personas (800.000 según las autoridades) habían salido a las calles de Grozny, la capital de la república rusa de Chechenia, de mayoría musulmana, y también hubo manifestaciones en Jalalabad, en el este de Afganistán.
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