Es un chico de 17 años contra un empresa de 35.000 millones de dólares. Caleb Benn, un estudiante de secundaria de Los Ángeles, ha desarrollado una aplicación llamada «Uploader» para Instagram, que permite que los usuarios suban fotografías a Instagram directamente desde sus computadoras en lugar de que lo hagan únicamente desde su teléfono, lo cual por mucho tiempo ha sido una frustración. Pero a Instagram no le ha gustado.
A Benn le llevó tan solo un fin de semana desarrollarla y esta lleva en la tienda de aplicaciones de Apple un par de semanas, en donde su popularidad está creciendo. Él ha dicho que le está generando 1.000 dólares al día. (El precio de la aplicación es de 4,99 dólares).
Un ingeniero de la empresa envió a Benn un correo electrónico el viernes, diciendo que la aplicación violaba los términos de servicio de la empresa y que necesitaba que la modificara para el lunes.
El martes Benn no había modificado nada, sobre todo porque «arreglarla» la dejaría inútil. Él dijo que le había respondido a la empresa, pero que no ha recibido respuesta alguna.
Instagram se negó a hacer comentarios.
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