El gobierno de Tokio intentaba este viernes disuadir al Estado Islámico de matar a dos rehenes japoneses, horas después de que venciera el plazo para el pago del rescate y a la espera de un comunicado inminente anunciado por un «portavoz» del grupo yihadista.
«No ha habido ningún mensaje» del EI, dijo a la prensa el portavoz del gobierno Yoshihide Suga, y reconoció que «la situación es muy tensa». El ultimátum de 72 horas expiró a las 14h50 hora local (05h50 GMT).
La suerte de Haruna Yukawa y Kenji Goto seguía siendo una incógnita.
La cadena de televisión pública japonesa NHK, que se puso en contacto con internet con un supuesto portavoz del EI, difundió el viernes un fragmento de una conversación en la que su interlocutor afirmaba que «se emitirá más tarde un comunicado».
Por la mañana, la madre del periodista independiente Kenji Goto, secuestrado por el EI supuestamente a finales de octubre, rogó a las autoridades japonesas que ayudasen a su hijo. «Se lo suplico, señores del gobierno, por favor, salven la vida de Kenji», declaró Junko Ishido en un comunicado.
«No es un enemigo del islam», añadió dirigiéndose a los yihadistas.
El ministro de Exteriores, Fumio Kishida, declinó responder acerca de contactos con el EI y subrayó que «el gobierno seguía mandando mensajes por todos los medios» para hacerse oír.
«Lo que debemos hacer es utilizar todos los canales para reagrupar la información necesaria para liberar a los rehenes», insistió Suga, repitiendo que Japón «no cederá a las amenazas terroristas».
El primer ministro Shinzo Abe y el titular de Exteriores pidieron ayuda a Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia, Jordania, Turquía, Egipto, Australia e Italia para liberar a los rehenes.
La comunidad internacional presiona a Tokio para no pague la totalidad ni una parte de los 200 millones de dólares.
Un islamólogo japonés, Ko Nakata, que pretende tener vínculos con Estado Islámico, propuso este jueves su mediación al gobierno y, expresándose en árabe, pidió a los yihadistas que prorroguen el plazo.
– «INFIELES» –
El primer rehén, Haruna Yukawa, un hombre de 42 años que aseguraba realizar misiones de seguridad, fue secuestrado y maltratado en Siria por militantes islamistas en agosto pasado, según un vídeo colgado en internet.
El segundo, Kenji Goto, nacido en 1967, es un periodista independiente que suministraba reportajes sobre Oriente Medio a las televisiones niponas y también era activo en el ámbito humanitario. Entró en la zona controlada por EI a finales de octubre y no volvió a dar noticias.
En un vídeo realizado justo antes, explicaba que partía en busca de Yukawa, al que conocía. Su esposa recibió en noviembre correos electrónicos que le exigían el pago de un rescate.
Japón, un aliado de Estados Unidos y que ha contribuido a la lucha contra el yihadismo, está considerado por los extremistas como uno de los países que combaten contra ellos aunque no participe en acciones militares.
«Los japoneses son unos infieles que luchan contra el Estado Islámico», insistió el «portavoz» contactado por NHK.
Unos 20 países de la coalición internacional contra EI examinaron el jueves en Londres sus operaciones en Irak y Siria.
«Daech (acrónimo árabe de Estado Islámico, ndlr) no es simplemente un problema sirio, no es un problema iraquí, Daech es un problema mundial», declaró en Londres el secretario norteamericano de Estado, John Kerry.
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