Es muy conocido el milagro de la multiplicación de los panes y peces que relata la Sagrada Escritura. Tal vez por su especial significación, la singular historia es narrada en los cuatro evangelios canónicos.
El episodio quedó registrado para la historia del cristianismo como un hecho portentoso. Cuenta este pasaje bíblico que miles de creyentes de varias aldeas vecinas seguían al Maestro; y como es natural, en algún momento el alimento escasió, por lo que los discípulos cercanos a Jesús consideraron prudente despachar a la multitud pues no tenían ellos como alimentarlos. Ante la contingencia, Jesús ordena que den de comer a todos; pero esto hacia para probar la fe de sus seguidores. Él sabía lo que debía hacer.
Fue entonces cuando entre ellos se entremezcló un niño para aportar generosamente cinco panes y dos peces. Jesús tomó aquella modesta ofrenda, oró al Padre y se produjo el milagro que alimentó a cinco mil personas, y además sobró.
Hoy día, el acto samaritano de repartir alimentos a los más necesitados, en medio de una crisis no solo sanitaria, constituye igual un milagro del Señor Jesucristo a través de su iglesia, la cual representa a los miles de discipulos que en los cinco continentes se mantienen fieles al Señor. E igual aparecen manos generosas que ofrendan sus aportes para que esta tarea se cumpla exitosamente.
El pasado 22 de octubre la iglesia evangélica unida de Ciudad Bolívar, una vez más juntó fuerzas para repartir gratuitamente 3 mil tazones de nutritiva sopa en el Complejo Hospitalario Universitario Ruíz y Páez de esta capital.
Los seguidores de Jesús de este tiempo, atendieron al personal médico, de enfermería, pacientes familiares y obreros en general. Con evidente regocijo pastores, ministros y demás colaboradores señalaron que Cristo sigue multiplicando panes y peces. Gloria a Dios. Prensa CCM Venezuela
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