«Tengo fe en mis ideales y esperanza de realizarlos por amor a la humanidad»
Como bien sabemos ellas son conocidas como las virtudes teologales (hábitos que Dios infunde en la inteligencia y en la voluntad del hombre para ordenar sus acciones a Dios mismo).
Expresan, a mi manera de ver, un modo de ser y de vivir que obliga a practicarlas en conjunto para obtener mayores y mejores beneficios más allá del sentido estrictamente religioso con el cual se le asocia en virtud de su origen. Por un lado la fe es una luz que nos brinda seguridad interna de que algo es cierto; la esperanza: el estado del ánimo en el cual se nos presenta como posible lo que deseamos y la caridad una actitud de solidaridad (de palabra y de hecho) con nuestros semejantes. Ellas son los primeros peldaños de una escalera que conducirá al masón hacia la sabiduría.
TENGO FE EN MIS IDEALES.
No se vive sin la fe. La fe es el conocimiento del significado de la vida humana. La fe es la fuerza de la vida. Si el hombre vive es porque cree en algo. León Tolstoi.
Resultará muy penoso y arduo para cualquier masón afrontar los retos de la vida sin convencimiento pleno de sus ideas o creencias. La fe, genera confianza en uno mismo. Ella es el combustible básico afrontar cualquier reto. ¡La fe mueve montañas! Esa, no es una simple expresión, es la seguridad de que algo es posible si conjugamos todo nuestro accionar con el fin de que se haga realidad. Porque la fe es creer que es posible. Sin convencimiento pleno cualquier tarea que se emprenda estará destinada al fracaso o por menos costará mucho más alcanzar el éxito.
ESPERANZA DE REALIZARLOS
La esperanza le pertenece a la vida, es la vida misma defendiéndose. Julio Cortázar.
El estado ánimo de que sucedan las cosas nunca debe abandonar al masón. Ese estado conocido como esperanza empuja al masón a actuar, le ayuda a tomar decisiones y le mantiene motivado y en movimiento en procura de los objetivos planteados. Hay momentos en los que todo pareciera salir mal. En la relatividad práctica del tiempo los momentos amargos parecieran eternos. Allí es cuando debemos mantener activo nuestro estado de conciencia y comprender que la motivación y movimientos adecuados permitirán mantener viva la llama de la esperanza que permita generar cambios en la situación que se viva.
POR AMOR A LA HUMANIDAD
Tengamos siempre encendida en nuestro corazón la llama de la caridad. San Pío de Pieltrecina.
¡Amor es caridad! ¡Caridad es amor! Ese es su más importante y esencial significado. Este refleja los valores (acciones y actitudes positivas) y perspectivas (punto de vista) de cada masón. La caridad o amor inspira a los masones a procurar el bien ajeno como vía a alcanzar condiciones de vida más dignas, armoniosas y fraternas entre los seres humanos. No como signo de lastima, sino por el contrario como demostración honesta y palpable del compromiso individual para honrar la responsabilidad de que nuestros semejantes nos importan tanto como puede importarnos nuestro propio ser. Hernando Sequera.
RITO ESCOCÉS ANTIGUO Y ACEPTADO
El Rito Escocés Antiguo y Aceptado es, probablemente, el Rito masónico más practicado y extendido en el mundo. Es fruto de la evolución producida a principios del siglo XIX del sistema escocés practicado en Paris a principios de la década de 1760.
Designado por las Constituciones Latinas de la Orden como «Antiquus Scoticus Ritus Acceptus», o «Rito Escocés Antiguo y Aceptado», es el título que ha sido adoptado generalmente.
Es difícil encontrar un Rito en el que se armonice tan equilibradamente el Espiritualismo, el Humanismo y la Libertad, que son las tres columnas que sostienen al Escocismo. Porque el Rito Escocés Antiguo y Aceptado es un Rito tradicional e iniciático basado en esos tres elementos y asentado sobre la profunda fraternidad masónica.
Manténte bien informado y recibe nuestro resumen de noticias. Únete al grupo de WhatsApp o canal de Telegram Síguenos en Instagram: @eldiariodeguayana