Crecer como ser humano es una decisión de vida, que requiere la actitud de mejora continua, la inversión de tiempo y en muchos casos dinero; crecer es un acto individual, nadie puede crecer por otro; crecer no implica tener más, sino ser mejor que sí mismo librándose de sombras internas.
Los líderes son aquellas personas que son capaces de crecer, y en esa misma medida, ya sea por acciones promovidas, por asumir el rol de facilitador o por dar el ejemplo, hace que quienes le sigan crezcan.
Los líderes tienen como fin último que la gente que le sigue logre ser y estar mejor, esto aplica desde los líderes políticos hasta los líderes empresariales; desde un padre de familia hasta un maestro de escuela, de un entrenador de natación hasta el director de un medio de comunicación. Espero que todo líder así lo entienda; por tanto, la primera responsabilidad que tienen es con ellos mismos y luego con quienes les siguen, invitándolos (despertando sus conciencias) a crecer.
Los buenos líderes suelen ser primero unas personas que han sabido transformarse, que han transitado un camino interno para aprender y crecer, que por acciones conscientes o no, decididas o no, sus vidas son un reflejo de luces y posibilidades; y con todo esto, siguen siendo seres que necesitan continuar su crecimiento, porque no se creen que son perfectos.
El proceso interno de transformación es un espacio sagrado e íntimo, pero que la coherencia lo hará visible, por tanto, es muy sencillo desde la observación del actuar, vislumbrar la forma en que un líder está comprometido con su evolución como ser.
TRES MANERAS COMO UN LÍDER AYUDA A CRECER
Los líderes tienen tres (3) formas de apoyar a su gente para que crezcan, no son excluyentes y cada vez tienen mayor relación; cuando se juntan en armonía, el crecimiento de la gente se convierte en un hecho, y con ello, los logros que conducen la visión se hacen más sencillos y rápidos.
La primera es que el líder sea un modelo a seguir, y en ese sentido, sus seguidores deben ver evidencias constantes de cómo la figura central del proceso, aprende y crece, se transforma y rectifica, inspira y tiene mayor influencia, gracias a que es mejor como ser humano; esto se hace notorio cuando el líder logra que la gente se conecte con él por lo que es, y no por el poder que ostenta.
La segunda es cuando el líder asume un rol de facilitador, dedica tiempo para acompañar a la gente a su proceso de crecimiento, contribuye con ellos de manera grupal e individual, se convierte en un buen maestro, y se le nota que disfruta educar.
La tercera es que el líder se compromete a motivar la participación, diseñar e invertir tiempo y dinero en planes de educación, que permitan que su gente se transforme en mejores seres humanos; este es un compromiso serio, donde el líder debe participar de manera activa, cuidando que lo que su gente aprenda les sirva a los seguidores en lo individual, y en su justa medida contribuya a impulsar nuevos y mejores logros para alcanzar la visión.
Los líderes que no sean capaces de contribuir al crecimiento de su gente desde estas tres miradas, tienen garantizados bajos resultados. Los líderes que quieran usar la formación para adoctrinar a la gente, tienen garantizado una cantidad de seguidores pocos pensantes, que se convertirán en una masa deforme que jamás alcanzaran la visión. Y los líderes que hagan crecer a su gente, tendrán gente que los ayude a conseguir la visión, sumando gente y voluntades en un espiral de continuo crecimiento.
A ti líder, te pregunto: ¿Cómo estás contribuyen con tu gente para que crezcan?
@amanciojeda
[email protected]
www.accionate.blogspot.com
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