Edgar Galvis James, de 22 años, se desplazaba a pie por la calle 3 del barrio Altamira, en San Félix, cuando le salió al paso un vehículo con características no determinadas. Desde la máquina lo precisaron y le dispararon hasta verlo caer.
Los vecinos del sector no lograron identificar al carro asesino, cuando fueron alertados por las detonaciones ya estaban huyendo los gatilleros. Aparte que confundieron los plomazos con fuegos artificiales, característicos de la época.
El homicidio sucedió a las 5:00 de la tarde de este lunes y tras el desplome del hoy occiso, los testigos cargaron con él trasladándolo hasta el hospital de la entidad.
Galvis James no resistió los tres balazos que recibió, expiró en el instante cuando era atendido por los médicos de guardia en Guaiparo.
Detectives del Eje de Homicidios retiraron el cadáver de Edgar y lo trasladaron hasta la morgue del Cicpc para los efectos de la ley, seguidamente realizaron la inspección técnica en el sitio y para su llegada los vecinos habían removido la escena del crimen por lo que no se hallaron evidencias. Las causas del asesinato se esconden tras una venganza.
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