Poco antes de las 11 de la mañana la marcha de trabajadoras y trabajadores públicos partió del sitio de concentración elegido para este lunes 13 de febrero: el punto en el que se encuentran la avenida Fuerzas Armadas y la avenida Panteón, en Caracas.
La ruta había sido escogida para movilizarse hasta el Ministerio de Educación, y después, a la sede de la Asamblea Nacional, como lo informó Eduardo Sánchez, presidente del Sindicato de Trabajadores de la UCV (Sinatra-UCV). Querían ratificar los cinco puntos de la exigencia salarial, por una parte; y por otra, rechazar la nueva ley de participación estudiantil aprobada por el Parlamento.
Pero, para su sorpresa, en la sede del Ministerio de Educación, en la esquina de Salas, había un toldo rojo con sillas. Una hilera de funcionarios de la Policía Nacional Bolivariana (PNB) impedía el paso de los manifestantes: trabajadores universitarios, enfermeras y enfermeros, jubilados, pensionados. Los organizadores de la protesta decidieron bajar hacia las proximidades de la sede del Banco Central de Venezuela, pero allí se encontraron con barreras de la PNB por los cuatro costados.
No es la primera vez que sucede. El pasado lunes 6 de febrero la manifestación de trabajadores públicos, convocada en la plaza Caracas, tuvo que sortear otro toldo rojo y otras sillas de un acto convocado por el oficialismo. Sin embargo el descontento, lejos de disminuir, parece aumentar en la medida en que no son escuchados.
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