El presidente venezolano Nicolás Maduro reiteró este miércoles que Venezuela no es «un país quebrado», tras el encuentro que sostuvo en Pekín con su homólogo chino Xi Jinping.
«A veces hay toda una conspiración internacional para tratar de aparecer en el mundo a Venezuela como un país quebrado. Venezuela tiene un poder económico, con un pueblo productivo, con la máxima reserva petrolera del mundo», afirmó el mandatario tras la reunión a varios medios, entre ellos venezolanos.
Maduro aseguró que su gobierno está en capacidad de «conseguir el financiamiento» que necesita su país para «garantizar el funcionamiento» de la economía, actualmente en recesión, con una inflación anual de 64 puntos en 2014 y la escasez de cerca de un tercio de los productos de primera necesidad.
Maduro está en el gigante asiático desde el martes, donde según analistas espera conseguir más apoyo financiero ante la abrupta caída del precio del crudo, fuente de 96% de las divisas que ingresan al país.
China es un aliado estratégico de Venezuela, su principal inversor y su segundo cliente petrolero detrás de Estados Unidos con un volumen de 640.000 barriles diarios.
En los últimos años, China le otorgó a Venezuela 42.000 millones de dólares en préstamos a largo plazo, y según datos oficiales 24.000 ya han sido cancelados.
Durante la reunión, el presidente chino prometió el miércoles una «cooperación reforzada» con Venezuela, pero no trascendió ningún detalle sobre un eventual financiamiento adicional.
Es la tercera reunión de los mandatarios chino y venezolano desde que Maduro asumió el poder, después del encuentro de julio de 2014 en Caracas y de septiembre de 2013 en Pekín.
Se espera que a la vuelta de su gira, Maduro anuncie nuevas medidas económicas para reactivar la economía, entre las que podría haber una nueva devaluación del bolívar, según analistas.
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