Faltaban pocos minutos para las 5:30 de la mañana. Alguien tocaba la puerta; eran los homicidas de Yofren Rafael Astudillo Valderrey, de 32 años.
Cuatro detonaciones pusieron en vilo a los vecinos de la calle 16 en el sector 4 de Francisca Duarte, en San Félix.
Una mujer se asomó desde su ventana y observó que dos sujetos salían con toda premura de la vivienda de Astudillo. Estos llevaban la moto de la víctima.
De inmediato, la testigo se comunicó con las autoridades para darles aviso de lo que estaba aconteciendo y, luego de varios minutos, una comisión del CCP Francisca Duarte estaba en el lugar.
Cuando entraron al domicilio, el infortunado yacía tirado en una de las esquinas, semi-desnudo con una sábana blanca sobre su cuerpo y manchada de sangre producto de los disparos.
Según la información obtenida, la mujer dijo a los policías que fueran tras la pista de los individuos, pues se habían ido empujando la moto y era probable que no estuvieran tan lejos. Sin embargo, los efectivos no hicieron nada al respecto.
Estaba solo
Una hermana comentó que se enteró a través de una llamada telefónica, y cómo pudo, se trasladó hasta el sitio del homicidio – haciendo un inmenso esfuerzo a pesar de la discapacidad de sus piernas- al enterarse de la fatal noticia.
«Mañana en las páginas de sucesos saldrás tú, Negro, mi hermanito querido», expresaba la hermana mientras las lágrimas corrían por sus mejillas.
Entre el dolor que la embargaba, declaró que el occiso vivía en su pequeña vivienda junto a su esposa y sus cincos hijos menores, pero que desde hace varios días se habían ido por una discusión con su pareja. «No me quiero imaginar que todos hubiesen estado», reflexionó la hermana.
Era caletero
También se pudo conocer que el hombre se ganaba la vida como caletero en el mercado Mayorista de San Félix, desde hace 15 años.
Aparentemente, para el momento del crimen, Yofren se estaría alistando para cumplir con su labor, pero jamás imaginó que primero llegaría la muerte a su humilde vivienda.
«Yo sé que este caso va a quedar así, las autoridades vienen levantan el cadáver y listo; no averiguan nada», manifestó la doliente.
Presunta venganza
Fuentes extraoficiales, detallaron que el fallecido, hace un mes había sido despojado de su vehículo de dos ruedas por unos delincuentes de Loma Linda, sector ubicado a unas cuantas cuadras.
Presuntamente, Valderrey, fue hasta donde los ladrones para recuperar a fuerza de golpes lo que le pertenecía. Y aunque pensó que el percance terminaría allí, sus enemigos maquinaban cómo vengarse la afrenta. Al parecer, los responsables son conocidos en la comunidad como «Los Morochos», quienes son señalados como azotes de barrio.
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