Su nombre es Christian McPhilany es de Florida, Estados Unidos, tiene tan solo ocho años y ya es un ejemplo a seguir.
Cuando tenía seis años vio en televisión un reportaje acerca de un hospital que invitaba a la gente a donar su cabello para así confeccionar pelucas para aquellos pacientes con cáncer que, luego de sus tratamientos de quimioterapia, perdieron su cabellera.
Christian quedó completamente impactado con el anuncio y de inmediato supo lo que tenía que hacer, se lo comunicó a sus padres y comenzó su largo recorrido: pasar dos años sin cortarse el pelo.
Sus compañeros de clases no lo entendieron y por más que Christian les explicara, ellos se burlaron señalándolo de gay, diciéndole niña y otros calificativos propios del bullying que hacen los niños de esa edad.
Sin embargo, el siguió firme con su convicción de ayudar a los demás y así lo hizo. Cuando consideró que su cabello ya estaba suficientemente largo, lo cortó y lo donó.
Definitivamente un héroe que inspira a todos a su alrededor.
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