La sesión, protestada por Venezuela, fue aprobada con el voto favorable de 20 países. Argentina, Brasil, Estados Unidos, Canadá, Colombia, Panamá, Paraguay, entre otros, votaron a favor
La Organización de Estados Americanos (OEA) concluyó este jueves una sesión extraordinaria de su Consejo Permanente sobre la crisis en Venezuela sin adoptar una decisión sobre la aplicación de la Carta Democrática al país suramericano.
Tras cuatro horas de discusiones, el embajador de Argentina, Juan José Alcurri, quien ocupa la presidencia rotatoria del Consejo, cerró la sesión sin que los países hubieran decidido adoptar algún tipo de medida para atender la situación venezolana.
La sesión estuvo centrada en la presentación del secretario general, Luis Almagro, de un informe en el que advirtió sobre la «grave alteración del orden constitucional» y democrático en Venezuela, ante la oposición del gobierno venezolano, que denunció un «golpe de Estado».
La canciller venezolana, Delcy Rodríguez, había dicho antes que con la celebración de esa sesión «se está dando un golpe de Estado en esta organización», tachando a Almagro de ser «parte y juez» de un proceso contra el gobierno del presidente Nicolás Maduro.
El secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, llamó a los países del continente a estar «del lado correcto de la historia» y defender la democracia en Venezuela.
«El Consejo Permanente debe mantenerse del lado correcto de la historia y defender a un pueblo que necesita voz», dijo Almagro ante el pleno de embajadores de los 34 países de la OEA durante la reunión de ese cuerpo en Washington.
«Estimo que existe una grave alteración del orden constitucional» y democrático en Venezuela, añadió.
El jefe del foro continental llamó a los países a denunciar el encarcelamiento de dirigentes opositores venezolanos y apoyar la realización de un referendo revocatorio contra el presidente Nicolás Maduro, dos puntos que Caracas considera contenciosos.
«El Consejo Permanente debería tomar las medidas necesarias para atender a la crisis humanitaria sin precedentes e innecesaria que sufre Venezuela (…), expresarse claramente sobre los prisioneros políticos (…) y apoyar la voluntad del pueblo venezolano en su llamado a un referendo revocatorio», afirmó.
Almagro presentó ante los embajadores el informe que publicó a fines de mayo, y en el que describe una crisis política, constitucional, económica y humanitaria en Venezuela.
«Esta crisis está alcanzando un punto crucial», dijo.
La sesión, protestada por Venezuela, fue aprobada con el voto favorable de 20 países.
Argentina, Brasil, Estados Unidos, Canadá, Colombia, Panamá, Paraguay, entre otros, votaron a favor.
Una docena de países, incluido Venezuela y sus aliados Bolivia y Nicaragua, votaron en contra; otros dos se abstuvieron.
Golpe de Estado
La canciller venezolana, Delcy Rodríguez, había dicho antes que con la sesión «se está dando un golpe de Estado en esta organización», tachando a Almagro de ser «parte y juez» de un proceso contra el gobierno de Maduro.
«Se pretende juzgar a un Estado miembro» de la OEA, afirmó la diplomática, quien abandonó la sala durante la intervención de Almagro.
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