Ofensiva e inspiración. El equipo que logre combinar esos dos factores, más un pitcheo y una defensa promedios, debe estar encaminado a grandes cosas.
Así lo ha hecho Caribes en los dos primeros juegos de la serie final, de la mano del manager alquimista Omar López, quien ha logrado una química tal en un equipo disímil, donde parece que no hay cabida para el error y mucho menos para la derrota.
Cada uno de los peloteros que han visto acción han hecho su aporte.
Alexi Amarista ha sumado dos incogibles en los dos primeros juegos de la final. De por vida en series finales suma 16 hits en 51 turnos legales (.314) con 6 remolcadas.
Balbino Fuenmayor, pese al golpe en un codo, no ha bajado su producción y el domingo disparó su 16º «balbinazo» de la campaña, cuarto ante el pitcheo bucanero.
El cubano Félix Pérez, quien también la sacó en ese encuentro, ha conectado al menos un imparable en 12 de 17 juegos disputados en la postemporada con el uniforme aborigen.
El poder de Caribes se ha puesto sobre el tapete con tres jonrones conectados en el tercer inning del juego dominical (Gorkys Hernández, Ehire Adrianza y Félix Pérez), con lo cual la tribu iguala marca en series finales. El registro anterior databa del 27 de enero de 1978 cuando los jugadores de los Leones del Caracas, León Roberts, Baudilio Díaz y Gonzalo Márquez, conectaron cuadrangular ante el lanzador del Zulia, Gilberto Marcano. Y con el jonrón de Fuenmayor en el octavo episodio los aborígenes establecieron nuevo registro para la franquicia con 4 vuelacercas en un juego de serie decisiva.
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