Bañarse suele ser una actividad habitual y fundamental para la salud y el bienestar del cuerpo humano, principalmente porque permite eliminar las bacterias, el sudor y la suciedad que se acumula en la piel o el cabello. Sin embargo, realizar esta práctica de higiene personal después de hacer ejercicio puede ocasionar algunos efectos negativos.
Según José Manuel Felices: “La ciencia dice que estos procesos duran unos 15 minutos después de acabar la actividad”, y aconsejó aprovechar el tiempo para hidratarse correctamente y dejar que las toxinas salgan del organismo a través del sudor.
Por otro lado, resaltó que este líquido salado “tiene un pH ligeramente ácido, lo que crea una capa protectora frente a bacterias y agentes externos”, que al entrar en contacto con jabones alcalinos, puede dejar más sensible y expuesta la piel.
Teniendo en cuenta esto, destacó la importancia de descansar y socializar con otros individuos antes de continuar con la rutina de higiene personal, ya que evitar este mecanismo natural aumenta el riesgo de presentar problemas circulatorios.
En caso de que la espera no sea una alternativa favorable, lo más pertinente es bañarse con agua templada o caliente para minimizar el impacto negativo en la temperatura corporal y afectar de forma significativa la salud.
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