El clima de agitación bélica en el Medio Oriente y sus impredecibles efectos en el flujo del suministro de hidrocarburos, hacen de Venezuela y de su ubicación geoestratégica, el más confiable suplidor de ese inminente déficit que amenaza al mundo industrializado
Las perspectivas de “un explosivo y dinámico” proceso de desarrollo económico y de bienestar social para Venezuela, es la paradoja positiva que se asoma en el horizonte de nuestra disminuida y apocada industria petrolera, si el clima de agitación bélica que se agita peligrosamente en el Medio Oriente y sus impredecibles efectos, impactan en el flujo de suministro de hidrocarburos en el habido mundo industrializado.
Tal análisis se hace evidente en los medios observadores especializado, donde el criterio coincidente es que, el clima de agitación bélica en el Medio Oriente, y sus impredecibles efectos en el flujo del suministro de hidrocarburos, hacen de Venezuela y de su ubicación geoestratégica, el más confiable suplidor de ese inminente déficit que amenaza al mundo industrializado.
Las estimaciones de los observadores, hacen énfasis en un cuadro optimista y de insondables posibilidades de crecimiento de nuestra industria petrolera, en respuesta obligada a la inminente contracción del mercado por la crisis en el Medio Oriente y las ventajas estratégicas que ofrece un renacimiento productivo del país americano con las mayores reservas de crudo del mundo como lo es Venezuela y de indiscutible estabilidad política y de seguridad.
Se trata del desarrollo de planes encaminados al tratamiento “racional y lógico” de coyunturas incidentales y accesorias para el desenvolvimiento de la economía mundial, en éste caso teniendo al petróleo como protagonista y a Venezuela, como suplidor potencialmente poderoso e inigualable del recurso energético insustituible hasta ahora.
Se aduce razonablemente, que las actuales limitaciones en la producción de hidrocarburos de Venezuela, podrían ser superadas paulatinamente, a corto, mediano y largo plazo, con un vigoroso impulso de inversión que acuerde el Estado con los desesperados consumidores del mundo industrializado, los cuales, sin ninguna duda, se agolparían para intervenir en el proyecto alternativo de seguridad y confiabilidad energética, sólo posible con Venezuela, su potencial petrolero y ubicación geoestratégica.
Es una realidad visible, casi tangible, a la luz del latente peligro de escalada bélica generalizada en el Medio Oriente, donde los factores religiosos y culturales han intervenido históricamente, sobre los desencuentros violentos e irreconciliables de sus pueblos, en línea contraria con la política y la diplomacia, y con lo cual levantan barreras frente al mundo occidental. Nobel Medrano Matos / Foto: Referencial
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