A cuatro años de su último encuentro en suelo euroasiático, Nicolás Maduro y Recep Tayyip Erdogan vuelven a estrechar sus manos como símbolo de la hermandad que define las alianzas estratégicas entre Venezuela y Turquía.
La marcha acompasada de la caballería turca, reconocible a distancia por sus uniformes de color turquesa, anuncia la llegada del vehículo que traslada al jefe de Estado venezolano en el contexto de su visita oficial en atención a una invitación realizada por el anfitrión del Complejo Presidencial de Turquía.
Las banderas de la República de Turquía y la República Bolivariana de Venezuela ondean al ritmo del viento en la medida que el redoble de tambores de la banda de guerra aumenta su intensidad como si anticipara la presencia de quien se ha convertido en un amigo incondicional del pueblo turco.
Un brevísimo silencio confirma el transitar de Nicolás Maduro por la alfombra turquesa que se extiende hasta la entrada del Complejo Presidencial de Turquía, que albergará un diálogo amistoso entre los líderes de dos naciones que hoy se conciben como hermanas.
Al descender del vehículo le espera su par turco, Recep Tayyip Erdogan, quien lo invita a pasar revista a la parada militar dispuesta para rendirle los honores correspondientes a su alta investidura. Previamente, se escucharon las tonadas del Himno Nacional de Turquía Istiklâl Marsi y el Himno Nacional de Venezuela Gloria al Bravo Pueblo.
El recorrido continúa con el tradicional saludo protocolar, aunque está vez cargado no solo de firmeza, sino también de compromiso irrenunciable por la continuidad de la cooperación estratégica.
Las puertas doradas que dan entrada al edificio del Complejo Presidencial de Turquía se abren completamente como preámbulo del encuentro que evaluará los pasos para fortalecer las alianzas bilaterales.
Minci
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