Cuando recibimos el país en el 99 entre tantas eventualidades por resolver nos encontramos una Venezuela percibía 7 dólares a razón de cada barril de petróleo. El proyecto de país que fue oferta electoral ameritaba hacer justicia desde ese fundamento; fue así como Hugo Chávez emprendió una gira por todos los países exportadores de petróleo buscando entre otras razones la unanimidad de criterios para generar el justo valor que junto a una coincidencia de factores internacionales, favorecieron el escenario que comenzó a elevar los precios petroleros y fue así como el mundo vio reivindicar el costo de la mayor fuente de energía, y de esta manera comenzó a girar la suerte a favor de nuestra Patria.
Era esa Venezuela donde no existía protección social, el pueblo vivía el desamparo absoluto de las leyes y del Estado que era sólo un objeto del poder de las grandes élites que gobernaron durante décadas y en turnos de cada 5 años para orientar, a juicio de unos pocos, la administración de la República, era el país donde los abuelos cobraban 40 bolívares de pensión intermitente, y si protestaban en la calle exigiendo mejoras eran recibidos como la mayoría de los ciudadanos que reclamaban sus derechos, usando la fuerza dispersaban a quienes antes eran importantes, cuando representaban no a un ser humano, sino a un voto.
La Venezuela del «vaso de leche escolar» (que era literalmente un vaso), ni pensar en un desayuno, menos en el almuerzo y en la merienda.
Tampoco era imaginable que los niños y niñas hubieran tenido acceso a la tecnología, cuando entonces ni siquiera tenían acceso a los útiles escolares y a los libros de texto porque proporcionar herramientas educativas tampoco fue política gubernamental.
Aquellos gobiernos ‘palabrearon’ a quienes esperanzados votaban por una política q asignaría «viviendas» tan indignas que el mismo Pueblo denominó cajitas de fósforo por su condición mínima en todo, porque no contaban ni tan siquiera con servicios básicos, es decir entregaron cuatro paredes sin agua y sin luz, viviendas de las que hoy no queda sino el recuerdo.
De los mismos malos recuerdos también viene la existencia de la cuota balón, esa que acabó con los ahorros de millones de familias que terminaron pagando dos y tres veces el valor de sus bienes, porque la rueda del capitalismo gira a favor de las firmas de los bancos que por cierto también desaparecieron cuando este Gobierno en defensa del Pueblo tomó las medidas y ajustó a favor de los venezolanos las políticas de la banca.
Era de esperarse un estallido social en un país que llegó a comer perrarina. Pero de esos ingratos recuerdos surgió entonces el salto hacia la verdadera justicia…
Ocurrieron las misiones y grandes misiones, comenzó el Pueblo a despertar con la oportunidad de estudiar, de aprender labores, de superar la pobreza extrema gracias al apoyo de un gobierno socialista que hace prevalecer al ser humano por encima de intereses capitales.
Sucedió la ejecución de trascendentales obras de infraestructura como hacía más de 40 años que no se hacía en el país un segundo puente sobre el Orinoco (y hasta un tercero en plena construcción); nuevas vías, viaductos y autopistas, obras deportivas como los nueve estadios que se construyeron al unísono, de ahí nuestro CTE CACHAMAY.
Ocurrió la unión del Pueblo y su Fuerza Armada, eso que antes parecía impensable porque también se encargaron durante todas aquellas décadas que terminaron en el desmoronamiento de un sistema, de separar estas dos grandes columnas de cualquier sociedad.
Eran realidades alienadas, las de dentro de un cuartel y las que sucedían en la calle, los militares desconocíamos la voluntad del Pueblo y tampoco éramos ciudadanos plenos, no ejercíamos el derecho al sufragio.
El necesario cambio hacia un modelo basado en la justicia social nos permitió indemnizar todas las realidades que lastimaron la moral de un Pueblo que tiene 16 años reafirmando su credibilidad en un proceso que a través de los recursos petroleros reivindicó para siempre al país que pronto comenzó a hablar del Poder Popular como la instancia primera y brazo ejecutor del Gobierno Nacional capaz de cambiar realidades desde la certera autogestión.
Hoy nuevamente el petróleo padece los embates del fluctuante mercado internacional, mientras nosotros seguimos demostrando que nuestro compromiso va más allá del valor del petróleo, menos de un calendario electoral.
El presidente Nicolás Maduro lo ha dicho: ni las misiones sociales, ni la gran misión vivienda, ni toda la inversión social en educación, cultura, deporte, salud, transporte se detiene. Contra cualquier pronóstico continuaremos adelante junto al Pueblo que ha sido el gran aliado y motor de este proceso revolucionario.
Todos los esfuerzos realizados han valido el bienestar de un país que tiene para ofrecer a sus ciudadanos las oportunidades necesarias para salir adelante, para hacernos productivos y demostrar que seguimos trabajando en el compromiso ciudadano de defender la tierra de nuestros hijos e hijas.
Ya derrotamos las pretensiones imperiales una vez, hoy somos los Hijos de Bolívar que seguimos haciendo frente al inclemente acecho que pretende instaurar la dosis letal «anti soberanías».
No podrán torcer el destino patrio, hoy más que nunca estamos firmes y dispuestos, respaldando las acciones del Gobierno Patriota, esperanzados en el futuro de paz y desarrollo, de igualdad y de inclusión.
Viviremos y venceremos!
@rangelgomez
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