(Parte II)
Hildelisa Cabello
Los antecedentes y referencias históricas que se conocen, se enseñan y difunden sobre la ocupación, evolución y desarrollo económico, social y cultural del sector Oeste del Municipio Caroní, es decir, Puerto Ordaz, se han circunscrito al siglo XX. En general, asociados al descubrimiento y explotación de los yacimientos de mineral de hierro de Cerro Bolívar y la posterior obra económica, social y urbana cumplida por la Orinoco Mining Company; que luego asumió y desarrollo la CVG.
Sin embargo, no deberíamos descuidar, mucho menos, subestimar lo que nos señalan las evidencias arqueológicas y antropológicas, sobre la ocupación milenaria de estas tierras por las culturas indígenas asentadas en la confluencia del Orinoco y el Caroní; como tampoco, los testimonios, -documentales y cartográficos-, que confirman el establecimiento de Santo Tomé del Santísimo Sacramento de Guayana, en tierras de Puerto Ordaz por el año 1637-38. Además, existen referencias que dan cuenta de una población que decidió quedarse y colonizar ‘las tierras localizadas al oeste del río Caroní’, durante la transmigración de la población y mudanza de la ciudad de Santo Tomé de Guayana, -ubicada entonces donde hoy se encuentran las Fortalezas de Guayana-, a Angostura, entre 1764-1765. A estos pobladores se atribuye el inicio del proceso de ocupación territorial y el desarrollo de un próspero comercio agropecuario, en las tierras localizadas en la ribera Oeste del rio Caroní (actual Puerto Ordaz), las últimas décadas del XVIII y primera del siglo XIX.
Las fuentes documentales confirman el liderazgo desempeñado en la colonización de estas tierras, al margariteño Gaspar Vidal y sus descendientes desde 1762-67, cuyas tierras aprovechadas y productivas bautizaron con el nombre de Hato de San Felipe. Don Gaspar Vidal –según narra Tavera Acosta- era natural de Margarita, y “…aunque de raza blanca, no sabía leer ni escribir. Estuvo casado con Ana María García, indígena de un pueblo del Caroní, tuvo tres hijos –dos varones: Gaspar y Bibiano, y una hembra de nombre Isabel. Era inteligente, emprendedor y laborioso. Gaspar Vidal murió en Angostura hacia 1792-93”. El emprendedor margariteño, logró establecer una estrecha amistad con el Gobernador Centurión (1766-1776), quien le expidió título de propiedad sobre las tierras de San Felipe en mayo de 1776, conforme a la real cédula del 21 de septiembre de 1762. En esas tierras Gaspar Vidal, fundó “haciendas de labor” y “hatos de ganado mayor”; además, de dedicar esfuerzos “al fomento de la población, agricultura, comercio”. Las escrituras que hemos revisado confirman que Gaspar Vidal logró acumular una regular fortuna -protegido y distinguido por su amigo el Gobernador Centurión Guerrero de Torres-, hasta llegar a ser uno de los más boyantes propietarios de la época, como lo atestigua el Hato de San Felipe, con sus para entonces numerosas cabezas de ganado. (…). Llegó a ser reconocido como un próspero comerciante de Angostura, donde poseía “trece casas de valor”, “mantuvo un comercio recíproco con los puertos de América e islas extranjeras”, e “introdujo cantidad de negros esclavos con que aumentó brazos a la agricultura”. Vidal figura además, “entre los cuatro comerciantes que despacharon el primer registro de frutos del Orinoco a los puertos de Andalucía y Cataluña” (1771); justamente, para mantener ese dinámico comercio fundó haciendas y hatos en “las tierras de San Felipe”. En 1794, uno de sus descendientes, Bibiano Vidal, entabló un juicio ante los tribunales para que se le entregara la titularidad de “las tierras de San Felipe”, las cuales había obtenido su padre, por Cédula Real emitida por el Rey de España. Este pleito se cumplió entre 1794 y 1861. Este último año el Ejecutivo Nacional (Venezuela), reconoció al señor Bibiano Vidal como propietario de esas tierras.
Descendientes de este tronco familiar, radicados en Angostura, tuvieron importante figuración en la vida política regional del Guayana en el siglo XIX.
Este aniversario es ocasión propicia para reiterar la necesidad de promover la investigación de nuestra historia regional y sus particularidades locales; estimular el estudio y conocimiento de nuestro pasado; conocer y profundizar sobre la historia de San Félix; ampliar el horizonte informativo sobre la Historia de Puerto Ordaz; pues, este estratégico sector del Municipio Caroní, como se ha expuesto, cuenta con un acervo histórico y cultural, que antecede en casi dos siglos (1762-1952), al hecho urbano, real y concreto, que inició la Orinoco Mining Company, desarrolló y consolidó la Corporación Venezolana de Guayana (segunda mitad siglo XX), sobre las mismas tierras donde dos siglos antes pastaba el ganado que abastecía los mercados de Europa, Estados Unidos y Las Antillas, y se cultivaban los frutos que alimentaban la población local, según nos lo confirma la importante hoja de vida y actuación colonizadora de Gaspar Vidal en el Hato San Felipe, asiento en el siglo XX, de una dinámica ciudad llamada Puerto Ordaz; a la que el siglo XXI le impone la obligada tarea de abandonar el confort, y emprender una veloz carrera hacia la creación y consolidación de sus propias instituciones, como única vía para detener el lamentable y generalizado estado de deterioro social, cultural y de servicios, en beneficio de su propio crecimiento, fortalecimiento y el bienestar de sus ciudadanos.
Puerto Ordaz, al decir de muchas personas, obtuvo ventajas respecto a San Félix, al ser integrada a éste, bajo la figura municipal. Se equivocan, posiblemente, desde el punto de vista de su planificación urbana y crecimiento socio-económico, obtuvo “ventajas”; pero, desde el punto de vista de su proceso histórico social de evolución, estructuración político-territorial y administrativo, es decir, de su formación y experiencia institucionalidad, no superó su condición de “Centro Poblado”; estatus jurídico que poseía al formar parte del Distrito Municipal Caroní (29/6/1961), que conservó hasta que el Municipio Caroní paso a ser organizado en parroquias (Ley de División Territorial del estado Bolívar del 29/12/1994), y ambos, San Félix y Puerto Ordaz, desaparecieron de la nomenclatura oficial de las Leyes de División Territorial del estado Bolívar.
Puerto Ordaz, por su importancia y figuración entre las ciudades urbanamente mejor planificadas del país, importante y reconocidas del estado Bolívar, merece y necesita una mayor jerarquía política e institucional. Contar en sus predios, por ejemplo, con la majestad, simbología y distinción que proporciona a nuestras ciudades venezolanas, capitales de Municipio, con su Plaza Bolívar, su palacio municipal, etc. De eso haber ocurrido antes, hoy sería, tal vez, la Entidad Municipal más próspera y desarrollada del Estado Bolívar; urbanística y paisajísticamente posiblemente la más hermosa del país. Además, sus autoridades Municipales tuvieran muchos años legislando a esos fines…..Y otra sería la conclusión de este relato sobre su interesante proceso histórico-social.
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