¡Que muera el amor!

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Que muera el amor… que rompe, que mata… (música), es parte de la letra de una añeja canción interpretada por la «primerísima» Mirla Castellanos. Y esta muerte súbita de lo amatorio acomete el entendimiento de los cautos en la actual Venezuela que no logran abastecerse de los insumos necesarios para mantener el control de la natalidad y de su prole venidera. Anticonceptivos ¡NO HAY!, en ninguna de las modalidades, ni para hembras, ni varones. Es toda una tragedia poner a raya la reproducción de la especie nacional. Una verdadera odisea se encuentra en el seno de nuestra sociedad actual para dar control a la natalidad… El pueblo de hoy se tropieza en los albores del feudalismo rancio en materia de planificación y control natal, tanto como del cúmulo de enfermedades sexocontagiosas que en resumen sucinto serían: sida, herpes genital, papiloma humano, no sin contar la sífilis, gonorrea y demás infecciones de contagio sexual que acarreamos desde el siglo pasado.

Hombres y mujeres pasan las de Caín al no poder abastecerse con normalidad de los métodos anticonceptivos, en virtud de la política económica que desbarató el mercado de divisas, la importación de medicamentos y se adolecen de todos los fármacos que garantizan el control de la población. No hay pastillas para el control hormonal, ni las inyecciones anticonceptivas. Se estima que la escasez en el mercado ronda el 90% del producto. Pobre juventud y los no tan jóvenes también pues caen arrodillados ante la incontrovertible madre natura. ¿Venezuela premoderna, primitiva, salvaje, natural o quizás, muy cristiana al dejar que por gloria de Dios y del gobierno nos superpoblemos?

¿En cuales estratos de la población se dará el mayor de los impactos? ¿En los sectores populares, campesinos, rurales que vienen cansados de la cola y que sufren de carestía crónica, los cortes de luz, sin cable, sin hábito de lectura para paliar el tiempo muerto y encuentran en los brazos de Cupido un espacio de libertad y placer connatural con las hormonas? ¿La pírrica clase media, angustiada por la falta de comida y alguna película nocturnal para acallar su desesperada vida empobrecida, sin salidas, fiestas, ni mercados donde la compra de bagatelas otorgaba la sensación de abundancia? Cualquier prenda íntima no baja de Bs 800, cuando antes valían 20. Ni la ropa íntima está al alcance de las masas… ¿O los ricos? ¿Que viajan? ¿Que no miran precio y compran en el extranjero?

Sin ningún tipo de control de natalidad, ni planificación familiar avanza la vida social del país. Se esperan respuestas gubernamentales financieras para que el gremio farmacéutico y médico de una respuesta contundente ante esta crisis de anticonceptivos presuntamente resuelta años atrás. No producimos nada sustantivo en Venezuela más allá de la extracción del oro negro, cuyas máquinas son importadas del Imperio. Se muestra la pobreza más atroz, la que deviene de la nadería…nada producimos…nada importamos…nada sabemos de cómo afrontar el futuro…nada tenemos para acobijarnos. ¿Será que se trata de una estrategia militar para incrementar el proletariado y contar con un ejército industrial de reserva de malformados del espíritu y la mente susceptibles de ser controlados por captahuellas para descerebrados? Ha muerto el amor…cuanta tristeza…

@conexionaragua

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