La tarde del viernes, por cuarta vez, la iglesia católica en el Delta recibió un duro golpe por parte de la delincuencia al perder varias pertenencias en la misma sede el vicariato de Tucupita.
Fuertes sonidos advirtieron a las personas que se encontraban en la residencia de los vicarios en la capital deltana de una situación irregular, motivo que puso en alerta a parte del personal de la casa epicospal, relató el sacerdote Zararías Kariuki.
Tardíamente, los residentes de la casa de monseñor, llegaron al lugar de donde sujetos desconocidos se llevaron baterías, materiales y herramientas para la construcción, ejes de motores fuera de bordas, en intentaron llevarse los aires acondicionados.
A pesar de haber contado con la presencia de un cuadrante de la policía municipal posterior al robo, los delincuentes continuaron merodeando la casa episcopal.