Tres cosas podría hacer por Venezuela el presidente de Brasil, Luis Inácio Lula Da Silva, en lugar de defender al presidente Nicolás Maduro como lo hizo esta semana, indicó el economista y profesor universitario Rodrigo Cabezas.
Este miércoles cuatro exministros del presidente Hugo Chávez dirigieron una carta pública a Lula -firmada también por Cabezas- en la cual le cuestionan su respaldo a Maduro.
“Quisimos hacer una carta corta”, que fue creciendo, afirmó Cabezas. “Quisimos concentrarnos en la crítica a la impostura de tratar de blanquear al régimen de Maduro, tal como lo hizo Lula, y que por cierto le ha causado un pequeño terremoto incluso en su alianza política en el Brasil. Se ha quedado solo”.
De ampliar esa comunicación, indicó, “le pediríamos a Lula y al gobierno de Brasil que, por ejemplo, vuelva a intentar establecer un grupo de amigos, un grupo de países amigos de Venezuela que le haga seguimiento a la situación política, económica y humanitaria del país”.
Ese grupo podría “enviar una misión técnico-electoral para las elecciones de 2024, que puedan ser certificadores de la transparencia y de la honestidad del proceso electoral de 2024”, sugirió.
El gobierno de Lula podría ratificar, también, “que el mecanismo del diálogo entre la oposición y el gobierno es el que nos puede conducir a una salida civilizada , a una etapa de transición acordada entre los factores políticos de Venezuela, y que para ello, en el corto plazo, debería reanudarse la negociación, conversaciones que se estaban realizando en México con el arbitraje de Noruega. Eso lo podría presionar Brasil”.
Cabezas recordó que quienes se levantaron de la mesa de México “con argumentos absurdos, estúpidos y corruptos, como el de Alex Saab, fue el gobierno de Maduro”.
Brasil, por otra parte, “podría sumarse a la propuesta que ha hecho desde el principio el gobierno de Colombia y Gustavo Petro, en el sentido de pedirle a Venezuela que la demostración de que van a tener una nueva narrativa es que el gobierno de Venezuela regrese al Sistema Interamericano de Derechos Humanos, del cual se fue para ganar impunidad y para que el país no tuviera supervisión en esta materia tan vital, que les obligaba a aceptar las medidas cautelares que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos pudiera fijar”.
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