Moscú.- Rusia levantó este lunes la prohibición de entregar sus misiles S-300 a Irán, al considerar que el acuerdo que firmaron en Lausana las grandes potencias y Teherán, le permite tomar esa decisión sin esperar el fin de las sanciones contra el régimen iraní.
Tras el anuncio, el Pentágono expresó su preocupación.
«Nuestra oposición a estas ventas es pública y de larga data. Creemos que no ayuda», dijo el portavoz del Pentágono, coronel Steve Warren.
Israel, uno de los mayores opositores a un acuerdo sobre el controvertido programa nuclear iraní, tampoco tardó en reaccionar a la medida anunciada por el Kremlin, opinando que se trata del «resultado directo de la legitimidad concedida a Irán» con la negociación en curso.
Es «la prueba de que el crecimiento económico posterior al levantamiento de las sanciones será explotado por Irán para armarse», añadió el ministro de Inteligencia, Yuval Steinitz, en un comunicado.
Para Irán, la decisión de Rusia contribuye a que «haya estabilidad y una seguridad duradera en la región», dijo el ministro de Defensa, Hosein Dehghan.
Según el ministro ruso de Relaciones Exteriores, Serguei Lavrov, la prohibición de entregar misiles S-300 a Irán no estaba vinculada con la resolución de la ONU, sino a la voluntad de Moscú de hacer todo lo posible por «estimular el proceso de negociaciones» sobre el programa nuclear iraní.
Por tanto, al no haber relación con el embargo decidido por Naciones Unidas, Rusia no tiene por qué esperar a que el Consejo de Seguridad levante las sanciones impuestas a Teherán, aseguró Lavrov.