En horas de la mañana, una gandola contenedora de azúcar y arroz llegó para abastecer al supermercado Santo Tomé de Unare, y antes de que los productos pudieran ser descargados, ya los consumidores formaban una kilométrica cola en la que ansiosamente esperaban para comprar. «Me vine a un cuarto para las 8 y ya habían como ciento y pico de personas en la cola, cuando logré entrar al supermercado, una de las cajeras me dijo que debía gastar mínimo 700 bolívares para comprar el arroz y el azúcar, solo tenía 400 y no pude comprar nada. ¿Qué te puedo decir? Lo que siento cada día es dolor y decepción, este país se lo llevó quien lo trajo, ya la clase baja no puede ni comprar los alimentos básicos, nos moriremos de hambre esperando por patria», expresó uno de los consumidores que decidió reservar su identidad.
Y es precisamente la decepción y la cólera los que gobiernan el ánimo de los guayaneses, cuando estos salen en busca de artículos básicos sin poder encontrarlos, los que tienen dinero suficiente tienen el privilegio de comprar los productos a costos elevados, pero los que dependen de un sueldo mínimo tienen que buscar tiempo para hacer colas y rogar a Dios que en cuanto lleguen al supermercado no se acabe el producto, pues se pueden quedar sin la comida del día o peor aún, de la semana.
María Rodríguez, una de las personas en la cola, explicó su condición económica y la situación que tuvo que vivir en el supermercado para adquirir el azúcar y arroz; «cobro un sueldo mínimo, por eso tú me ves aquí, no me queda más que hacer la cola. Logré comprar cuatro kilos de azúcar y cuatro de arroz luego de pasar todo el día en esta cola, la gente se mata por comprar los alimentos, primero llegó el ACE y tú los hubieses visto, corrían como camellos tumbando a los de su alrededor para lograr entrar, la guardia tuvo que intervenir para que mantuvieran el orden».
Rodríguez asevera que constantemente viene al supermercado de Unare porque siempre se consiguen los productos, aunque asegura que cada día las colas son más largas y la paciencia del venezolano se va acortando. «Primero comenzaron con gritos e insultos, ahora ves que se presentan revueltas que finalizan con heridos y hasta muertos, si esto no se resuelve en el corto plazo, dudo que el venezolano aguante».
REINA LA INCERTIDUMBRE
La mayoría de los guayaneses expresan sentir incertidumbre ante la futura condición económica del país, pues solo ven que cada día las cosas empeoran y que sus sueldos solo reflejan el grado de devaluación que hay en el país.
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