¡SOY UN JUGADOR DEL REAL MADRID!

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Cuando era un niño, el día de Reyes a mi hermano le regalaron un uniforme del Real Madrid: camisa, pantalón y medias. Yo me quedé fascinado viéndolo, repasando el escudo con mi dedo, mientras pensaba que ese mismo uniforme era el que usaban los jugadores del Real Madrid, que veíamos jugar los domingos en la tarde, en la única televisión que había en el pueblo.


¡Algún día yo también tendría uno! Pasaron unos años, y un buen día me encontré con el uniforme en la gaveta de un armario. Al día siguiente, había un partido contra el pueblo de al lado. La tentación era demasiado grande, sobre todo porque no teníamos uniformes, y cada uno llevaba lo más parecido a un uniforme de fútbol.

Por supuesto, yo me llevé el uniforme de mi hermano, sin haberle pedido permiso. No quería correr el riesgo de que no fuese a prestármelo. Apenas llegué al campo, que era el típico campo de pueblo; con un poco de grama, mucha tierra, algunas piedras, y dos porterías de palo sin lijar; me di cuenta con qué admiración me miraban mis compañeros: ¡Iba a jugar con el uniforme del Real Madrid!
Apenas toqué el balón, sentí que jugar con ese uniforme era otra cosa. Me sentí un verdadero profesional. «Este uniforme juega solo», pensé inmediatamente. Hice un par de regates y ya estaba seguro de que jugar bien con ese uniforme era muy fácil. Ese día metí dos goles, y fue uno de los mejores partidos de mi vida. La razón; muy sencilla: ¡Estaba jugando con el uniforme del Real Madrid!

Nada había cambiado en relación a otros partidos, excepto mi actitud por llevar un uniforme, y sólo por esto, todo había cambiado. Mi madre solía decirme: «Carlos, la distancia entre tú y tus sueños se llama actitud, y si le apuntas al sol, y te quedas corto, al menos seguramente alcanzarás la luna. Por eso, fomenta siempre la ilusión con una actitud positiva, ya que es el motor de la vida y el alimento del alma»

Sin embargo; las actitudes pueden ser positivas o negativas, y es la forma en que nos enfrentamos a los retos, lo que pueden convertirlos en éxitos o en fracasos. De hecho, un estudio realizado por Zig Ziglar concluyó que el 85% de las razones para el éxito y los logros, son el resultado de nuestras actitudes, y sólo el 15% se corresponden con las destrezas técnicas.

Por esto, la diferencia entre un obstáculo y una oportunidad, tiene que ver con la actitud con que se enfrente. ¡Toda oportunidad tiene una dificultad, y toda dificultad tiene una oportunidad! Que sea una oportunidad o una dificultad lo determina precisamente la actitud con que se está dispuesto a enfrentarla; y quizás, en muchos momentos de nuestra vida no nos sea posible controlar las circunstancias que nos rodean; pero sí podemos elegir la actitud para enfrentarnos a ellas, y eso es precisamente lo que hace la diferencia.

Cuando mi hermano se dio cuenta de que había usado su uniforme, aparte de un buen regaño, nunca más tuve la oportunidad de usarlo, y creo que nunca volví a jugar igual, o al menos así lo creía yo.

Años más tarde, jugando con la selección de fútbol de la UCAB, el entrenador durante una charla, nos dijo: «Muchachos, el fútbol está en la cabeza, y la actitud con que jueguen es fundamental, y de allí la diferencia entre ganar o perder».

Hoy después de muchos años, creo que eso no sólo es en el fútbol; lo es en la vida. Por eso, siempre hay que tratar de ser un jugador del Real Madrid, aunque sólo se tenga el uniforme.

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