Tamara Herrera: Este año será mejor para la economía nacional

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La economista Tamara Herrera indicó que la economía venezolana inició el año 2024 con una movilidad y expectativas positivas impulsadas por la política contractiva, así como las intervenciones cambiarias aplicadas por el Banco Central de Venezuela (BCV), el control de gastos, la recaudación de impuestos, además de la debilidad de la demanda de consumo.

Durante su intervención en el Foro Foro Perspectivas Económicas 2024, organizado por la Cámara Venezolana Americana (Venamcham), la directora de Síntesis Financiera, sin embargo,  señaló que “el poder adquisitivo está tan golpeado que los precios tienden a mantenerse bajos para no perder mercado (…)Venezuela tiene una situación endeble, este es un año que puede ser mejor y va a ser mejor, incluso va a ser un poco mejor si no renuevan la licencia 44 en abril, pero si la renuevan, la perspectiva sigue manteniéndose para una flexibilización mayor”.

Detalló que el entorno político del país produce incertidumbre y preocupación entre los ciudadanos, convirtiéndose esta percepción en prudencia excesiva y por consecuencia, genera una ralentización de la economía nacional.

Consideró  que frente a este escenario, lo más importante es “reanimar” la demanda de consumo, que serán determinadas por condiciones que animen decididamente la inversión en el país: “Son tareas de envergadura y de un cambio de orientación convincente por parte de las autoridades económicas”.

Herrera también destacó la importancia de dar continuidad al diálogo y las negociaciones políticas “porque el país sigue funcionando semi-aislado, y si se tiene inversión, pero no se tiene acceso al sistema financiero internacional de manera fluida, no solo para financiamiento, sino también para transacciones, se hace realmente engorroso”.

Tendencia al alza aún insuficiente

No obstante, Herrera precisó que en el supuesto de que se mantenga la flexibilización del marco sancionatorio impuesto por el Departamento del Tesoro de Estados Unidos, el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) sería de 6,5%, en comparación con el año 2023.

Mientras tanto, de existir una desaceleración de la economía, el PIB se situaría entre 3% y 4%.

Sostuvo que, a pesar de que la economía venezolana se encuentra a las puertas del crecimiento, este avance aún se mantiene insuficiente para cubrir las “necesidades apremiantes y rezagadas que tiene el país.

“Venezuela tiene un rosario de causas de inhibidores de crecimiento, y el crecimiento es lo que más urge acicatear y sostener (…) no se trata un impulso temporal, sino de algo que sea una mecánica orgánica que haga funcionar regularmente y en forma creciente a la economía”, expresó.

Enfatizó que la economía venezolana cuenta con diversos inhibidores del crecimiento, marcados por la desconfianza en la moneda, problemas con la ausencia de financiamiento y “la política pública está atrapada en un esquema de contención de la inflación, del cual no puede salir hasta que no haga cambios de fondo y eso impide que se pueda estimular la economía y hacerla crecer sin que al mismo tiempo se acelera la inflación”.

Además, recordó que existe una dolarización disfuncional, altos costos de tributación y parafiscales, lo que «resta competitividad a la industria venezolana.»

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