La angustia y la incertidumbre se apoderan de los guayaneses. Pese a las políticas implementadas por el Gobierno nacional para solventar la escasez de repuestos y autopartes, las colas se mantienen en los alrededores de los establecimientos comerciales que expenden cauchos y baterías, especialmente.
En Puerto Ordaz ya es costumbre ver cientos de personas pernoctar en los locales donde se ofertan baterías para vehículos. A partir de las 6:00 de la tarde, los conductores empiezan a llegar para agarrar su puesto y esperar que en la mañana les asignen un número y pueda adquirir lo que necesitan, esto si corren con la suerte de que haya la que usa su carro.
Quienes deben someterse a este método para volver a poner en marcha su auto denuncian el “chanchullo” que se evidencia en la cola: por un lado, los mismos empleados revenden por su cuenta las baterías a un precio que dobla, y hasta triplica, el estipulado; por otro, surgen los “bachaqueros de puestos”, quienes hacen su cola, apartan el lugar y cobran hasta seis mil bolívares para cederlo.
“Nadie controla esto, aquí no hay autoridad que supervise estas ventas y mucho menos que facilite la compra. Aquí pasamos más de diez horas para poder comprar una batería al costo real, porque la tenemos que comprar en veinte mil bolívares por ahí, ese es el precio que tienen ahorita los bachaqueros”, comentó José Perales, quien logró ubicarse de segundo tras haber llegado al sitio a las 5:00 de la tarde de este miércoles.
No alcanzó
En julio de este año llegó al país un lote de cauchos y baterías de la subasta Sicad para el sector transporte y la compra vía Fondo Chino. José Luis Bernardo, viceministro de Transporte y Servicios del Ministerio para Transporte Terrestre y Obras Públicas (Mppttop), informó en su momento de 30 mil cauchos y baterías serían distribuidos para atender la demanda existente, sin embargo, esta cantidad no fue suficiente.
En toda Venezuela se reportan las colas para comprar los insumos, no solo los mencionados, que registran la mayor demanda, sino frenos, filtros, ballestas y amortiguadores, entre otras autopartes que han estado ausentes en los comercios desde hace unos meses. La situación no solo afecta al ciudadano común, los transportistas han disminuido sus actividades en vista de que no pueden mejorar las condiciones de su fuente de ingresos. “Amanecerá y veremos”, vociferó poco optimista uno de los ciudadanos que se encontraba en la cola esperando su turno.
Medidas de control
Esta misma semana el gerente nacional de Capital Humano de la empresa Duncan, César Farrera, informó que en Maracaibo, por ejemplo, tuvieron que aplicar medidas para evitar que personas compraran varias veces en un mismo día.
“Hablamos con los ministros y les participamos que muchos de nuestros productos se estaban yendo a Colombia desde el Zulia y que tuvimos que implementar algunos mecanismos de control porque identificamos a personas que compraban baterías varias veces el mismo día. Así que colocamos mecanismos para la compra de las baterías como la solicitud de cédulas de identidad, placa del carro y la batería en desuso para tener un mejor control”, explicó. Esta medida se aplica en el estado Bolívar desde mediados de año.
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