Un gran número de trabajadores junto al senador chileno, Alejandro Navarro, se solidarizaron con el ex trabajador de Masisa, Ricardo Linderos, un chileno que llegó a Venezuela en el año 2006 y quien se desempeñaba como director de operaciones en la sucursal de Ciudad Bolívar antes de ser sentenciado a treinta años de prisión por supuestamente incurrir en un caso de tráfico de personas.
APUESTAN POR SU LIBERTAD
Roberto Alvares, secretario de organización del Sindicato de Trabajadores de Masisa (Sintraemas), consideró que la acusación contra Landeros es completamente inhumana y que a raíz de su salida de la empresa, los derechos laborales han caído a tal punto que la Masisa está atravesando sus peores momentos.
«Reiteramos nuestro apoyo a ese gran ser humano como lo es Ricardo Landeros. Gracias a él hubo un entendimiento en las diferentes mesas de trabajo que se organizaron en la empresa entre el sindicato y Masisa. Con su salida, empezó una crisis laboral muy grande que actualmente se está viviendo. La nueva gerencia no supo hacer su trabajo y empezaron nuestros problemas. Es inevitable no comparar como estábamos antes y como nos encontramos actualmente, ya que Ricardo ayudó y aposto por el beneficio de todos los que hacíamos vida en Masisa. Lastimosamente la vida le jugó esta mala jugada, pero aquí estamos, para apoyarlos porque sabemos que él es completamente inocente. Tenemos la fuerte convicción de saldrá libre».
EL CASO
Todo comenzó en el año 2006 cuando Ricardo Enrique Laderos Burgos, nacido en Chile, venezolano por naturalización, recibió una oferta laboral por parte de la empresa Masisa para que liderara la Dirección de Operaciones en la sucursal de Ciudad Bolívar. Ante esta oferta, debió trasladarse al país y ejercer sus funciones. Así, Ricardo y su esposa, María Cecilia, llegaron a Venezuela.
EL ACERCAMIENTO
En una ocasión, María Cecilia fue al Hogar La Cigüeña en Ciudad Bolívar para donar alimentos. Al llegar, se enteró de que los niños que se encontraban allí no tenían padres, motivo por el cual la mujer quiso adoptar a Josué, un niño de 12 años. Por su condición como extranjera, la adopción no pudo proceder, es por eso que se dirige a conversar con la directora del Hogar, Yazmín Josefina Maurera Rivas. Fue entonces cuando, en una primera cita entre María Cecilia y Yazmín Maurera, intentaron concretar la posibilidad de apadrinar a Josué, la cual se dio después de muchos trámites.
Al llegar la primera adopción, Yazmín Maurera le ofreció a Cecilia que apadrinara además a otra niña de dos meses que se encontraba en el Hospital Uyapar con un cuadro delicado de salud. Todo esto se dio ya que Yazmín observó que la situación financiera de la familia Landeros era la indicada para adoptar.
LA TERCERA NIÑA: EL DEBACLE
En septiembre de 2013, desde el Hogar La Cigüeña se comunican de nuevo con Ricardo Laderos para informarle de la posibilidad de adoptar una tercera hija, pero debía trasladarse a la ciudad de El Tigre para recibir a la niña en brazos de Yazmín Maurera. Al llegar al peaje de La Viuda en la ciudad de El Tigre, estado Anzoátegui, Ricardo encuentra que no es una niña quien lo espera en el lugar, sino un grupo del Comando Anti Extorsión y Secuestro (GAES). Fue culpado de vender a más de 100 niños internacionalmente con transacciones millonarias y ser beneficiario de abultadas cuentas bancarias. Una condena que nadie entendió. Lo sentenciaron a treinta años de prisión, la cual cumple en la cárcel de Vista Hermosa en Ciudad Bolívar.
Manténte bien informado y recibe nuestro resumen de noticias. Únete al grupo de WhatsApp o canal de Telegram Síguenos en Instagram: @eldiariodeguayana