Cuando una persona está enamorada llega un sentimiento especial acompañado por la incapacidad en fijarse en los demás; el enamorado cree que la persona es tan especial que no podrá conocer a alguien igual.
Las personas durante este período presentan una enorme tendencia a resaltar los aspectos positivos y obviar los negativos de su ser especial.
Como un adicto a las drogas, cuando a un enamorado se le muestran imágenes de la persona amada; el cerebro muestra recibir golpes de adrenalina y su cuerpo reacciona tras la activación de ciertas partes del cerebro, ocasionando fuertes emociones y comportamiento inusuales de alegría.
Cuando durante la relación amorosa se supera un reto o adversidades, hace que la pareja sienta aún más confianza y que los sentimientos anteriores reaparezcan con mayor intensidad y se produce una mayor atracción hacia la persona.
Cuando alguien está enamorado suele pasar largos períodos de tiempo pensando en la otra persona y de hecho la mayor parte del día. Aproximadamente 85% del tiempo en que permanece despierto, un enamorado se la pasa pensando en el otro. En algunos de los casos esta actividad puede transformarse en obsesivo-compulsiva.
La persona comienza a presentar distintos síntomas y signos de dependencia, miedo a la pérdida y el rechazo, ansiedad y un fuerte sentimiento de posesión. La persona suele imaginar su vida entera junto a otra persona a consecuencia de la dependencia, tal como si se tratase de una droga.
La mayoría de las personas que dicen estar enamoradas aseguran que es imposible controlar lo que sienten y que se muestran escépticos a que el amor y el hecho de estar enamorado se pueda describir con palabras.
Los cambios en el comportamiento y la personalidad de las personas cuando el amor llega a sus vidas pueden detectarse, los cambios a nivel emocional y sicológico están presentes; pero sin duda la felicidad es notoria.