Un hombre de 23 años fue ultimado a los once de la mañana de ayer, en la calle Carlo Soublette, de la Ruta III, de Vista Al Sol. Su cadáver yacía en un charco de sangre.
«Ay que hago yo en mi casa, sin mi hijo», «mi negro párate de allí», «yo no quiero que se lo lleven, no lo quiero ver dentro de un cajón», fueron solo algunas frases que vociferaban los familiares llenos de dolor, frente al cuerpo de Carlos Gabriel.
Elisa, la esposa de Carlos Gabriel Valera Santoyo, de 23 años, indicó que se levantaron temprano, «yo le prepare desayuno y le lavé la ropa» contó la mujer entre lágrimas, que como a las 10:00 am, Carlos recibió un mensaje de texto en el que le preguntaron «¿dónde estás?», el muchacho contestó, «estoy en la casa ¿y tú?», sin embargo no recibió ninguna respuesta. Elisa dijo que el número era desconocido, por lo que no sabe, quién fue que le escribió a su pareja.
A los pocos minutos su cónyuge le dijo, «ya vengo». La mujer señaló, que como a las 10:40 am, ella pasó por la calle de abajo y lo vio sentado frente a la casa de un amigo. A las 11:00 am le escribió diciéndole «voy a casa de mi mami» y él no le respondió, luego uno de los inquilinos, que alquila en la misma residencia donde vive la pareja, le informó que habían matado a Carlos.
Elisa no podía creer que habían matado a su esposo, corrió al lugar con la esperanza de encontrarlo con vida, sin embargo al llegar al sitio, encontró a Carlos sin signos vitales; los orificios por el paso de los proyectiles se le veían en la cabeza, pecho y espalda.
Moradores del sector comentaron, que llegaron cuatro sujetos a bordo de dos motos, «tenían los rostros cubiertos con gorras», resaltaron, y sin mediar palabras dispararon contra Carlos. El muchacho intentó correr, pero los verdugos no lo dejaron escapar.
Sobre la vida de Carlos Gabriel Valera Santoyo, familiares informaron que era el octavo de diez hermanos, vivía con su esposa en la calle Francisco Fajardo del mencionado sector; era albañil y trabajaba en una contrata en Unare.
Una comisión del cuerpo detectivesco arribó al sitio del suceso, recolectó evidencias y realizó el levantamiento del cadáver.
«SE LA TENÍAN JURADA»
La cónyuge de Carlos, señaló que hace dos meses, varios sujetos lo amenazaron de muerte; por lo que piensa que los mismos individuos le dieron muerte a Carlos. Según contó la mujer, Carlos intervino en una riña y defendió a un adolescente, desde ese momento los antisociales, «se la tenían jurada».
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