Un enfermero, juzgado desde hace varios meses por un tribunal alemán, reconoció haber matado a unos 30 pacientes gravemente enfermos, hospitalizados en cuidados intensivos, según el testimonio de un experto que declaró este jueves en el juicio contra el profesional.
El juicio, que comenzó en septiembre en un tribunal de Oldenburgo (norte) busca esclarecer si Niels H., de 38 años, es responsable del los asesinatos de tres pacientes e intentos de asesinato de otros dos, a los que habría inyectado sobredosis de medicamentos cuando se hallaban en cuidados intensivos.
Además de estos cinco casos, el enfermero, que ya fue condenado a siete años y medio de prisión en 2008 por intento de asesinato, está bajo sospecha de ser responsable de varios otros homicidios.
Este jueves, el caso dio un vuelco luego que un psiquiatra que lo entrevistó en cuatro ocasiones en enero y el febrero del año pasado, dijera que el acusado le había confesado cerca de 30 homicidios a pacientes que estaban ingresados en una clínica de Delmenhorst, según informaciones publicadas por la agencia DPA, que fueron confirmadas a la AFP por un portavoz del tribunal.
Sin embargo, legalmente el testimonio no se trata de una confesión con validez jurídica, ya que las declaraciones no fueron emitidas por el propio acusado frente al tribunal, precisó el funcionario.
Según el psiquiatra, el acusado también admitió haber administrado sobredosis de medicamentos a otros 60 pacientes, aunque éstos sobrevivieron.
– «Vergüenza»-
El psiquiatra dijo que el acusado siente una profunda «vergüenza» por sus actos, aunque señaló que no recuerda completamente los hechos. Además el profesional señaló que el enfermero reconoció que su conducta era «inexcusable» y afirmó que es consciente de haber causado un gran sufrimiento a los seres queridos de sus víctimas.
Hasta el momento, el acusado, que no ha testificado ante el tribunal, no ha explicado sus motivaciones.
Los investigadores sospechan que el acusado realizó estas inyecciones entre 2003 y 2005 para demostrar sus talentos de reanimación, ya que ponía a los pacientes al borde de la muerte antes de intentar reanimarlos.
Los hechos comenzaron a ser investigados cuando el enfermero fue sorprendido por una colega cuando estaba inyectando a un paciente un medicamento para el corazón en 2005. Tres años más tarde, fue condenado a siete años y medio y actualmente se encuentra en prisión.
En la cárcel, el enfermero se habría jactado con otro detenido de haber matado a unos 50 enfermos.
Hace un año, la fiscalía de Oldenbourg retomó las investigaciones y en noviembre una comisión especial denominada «Kardio» fue constituida para investigar las muertes sospechosas en la clínica de Oldenbourg y también en un asilo de ancianos en Wilhelmshaven (norte) donde se desempeño el enfermero.
Hasta el momento, se ignora por qué estos asesinatos múltiples no fueron descubiertos antes y en la fiscalía de Oldenbourg se inició un proceso contra los dos responsables de las investigaciones llevadas a cabo anteriormente, a fin de descartar cualquier negligencia.
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