La comiquería no tiene límites, ni ahora ni cuando el comandante presidente o faro que iluminaba el camino de la humanidad, gobernaba. El gobierno «revolucionario» es pura chacota, no hoy, siempre. Recuerdo cuando «el faro» dijo, en uno de sus monólogos a través de los medios radioeléctricos, muchas veces en cadena nacional, para más chirigota, «pónganme el precio del petróleo a cero y Venezuela no entra en crisis…». E inmediatamente se vino abajo la audiencia en aplausos y vivas a más no poder; claro, hay que aclarar que la audiencia eran sus ministros, viceministros, directores generales, diputados, magistrados, presidentes de empresas estatales, de corporaciones y fundaciones, sus gobernadores, sus alcaldes, todos dependientes de él y de ese aplauso y de esos «vivas», para poder seguir en la pomada, en los negocios, en «donde haya»… Así cualquiera recibe aplausos y loas… Y cómo le gustaba a «el faro» todo aquello, y cómo lo disfrutaba.
El destino al parecer lo oyó y le está poniendo a su proceso, a su revolución (que no nuestra, pues esto está cada día más lejos de ser siquiera una reformita pendeja) el petróleo a precios muy bajos, como le hizo a Carlos Andrés y a Caldera, que gobernó con el petróleo a 8 dólares. Solo que ni CAP ni Caldera escondieron la existencia de una enorme crisis ni culpaban al imperio de sus errores ni a la oposición de entonces. Pero la crisis se inicia en el gobierno chaveco mucho antes de que el precio del barril comenzara a bajar. Esta es una gran diferencia con los gobiernos de la Cuarta República. En ésta, la crisis se produce por la caída de los precios del crudo, que impide seguir gastando a mansalva e importando; con los genios actuales, la crisis arranca aún antes luego del gasto demencial en que incurrieron para que Chávez y Maduro ganaran la Presidencia. No lo digo yo, lo dijo Giordani. A él los insultos.
Para seguir la cómica, al Presidente se le ocurre que podemos producir los alimentos que requieren Qatar y los países árabes. En vez de pensar en industrializarnos, nos quiere como país agrícola o bananero. Además, no sé qué comen los árabes actualmente, que no les estamos produciendo sus alimentos. Tampoco sé cómo se los vamos a producir, si parte de nuestra crisis es que no los producimos para nosotros mismos.
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